El Instituto de Previsión Social (IPS), el “mejor seguro en el universo”, tuvo sus luces y sombras durante el periodo 2013-2018. La previsional retomó la construcción de varias obras estancadas en administraciones anteriores y se destacó principalmente por la habilitación del primer Centro Residencial de Adultos Mayores (Cream), en San Bernardino. Tras casi años finalmente culminaron las obras de terapia intensiva, Ciudad del Este, Coronel Oviedo y el Hospital Ingavi.
Las tercerizaciones de servicios persistieron en la administración de Benigno López, un intento fallido fue la de las ambulancias, que se suspendió por denuncias de irregularidades. Limpieza, seguridad, hospitalizaciones, estudios de imágenes son algunos de los servicios que están tercerizados.
El desabastecimiento de insumos y medicamentos fue una situación persistente en el seguro social ligada a los procesos licitatorios, que se extendieron por protestas o por retrasos para hacer los llamados para las compras. La internación en los pasillos de la Unidad de Emergencias en el Hospital Central y la larga espera para acceder a estudios persistieron en este periodo.
OTRA MIRADA. Un periodo de saqueo y humillación para los asegurados, así describió el sindicalista Eduardo Ojeda, de la Corriente Sindical Clasista, sobre la administración del seguro social en los últimos cinco años. “Podemos arriesgar a decir que fue una de las peores administraciones que tuvo el IPS en el proceso democrático del país”. El derroche, el incremento de las tercerizaciones de los servicios y la falta de insumos y medicamentos caracterizaron a su gestión, sostiene Ojeda.
Por su parte, Benigno López destacó en su informe de gestión que se estabilizó la deuda con las farmacéuticas y se aseguró la provisión de medicamentos. Otro de los puntos que destacó es la inversión de G. 900 mil millones en infraestructura.
Fue un periodo de saqueo y de humillación para los asegurados del IPS. Fue uno de los peores. Eduardo Ojeda, sindicalista.