Bajo la fachada de dedicarse a la venta de tapabocas y alcohol en gel, estos comercios entregaban a los beneficiarios el dinero en efectivo descontando un 5% del valor asignado.
Intervinieron la Municipalidad y la unidad fiscal de turno que solicitaron la clausura de los locales. Largas e interminables filas se personas registraron estos comercios a lo largo de la mañana.
Lo que llamó la atención la aparente alta demanda hacia los celulares nuevos o reparados que se registraba por lo que se dio aviso a las autoridades. Finalmente en uno de los locales perteneciente a Graciela Fretes Rivarola se comprobó que existía una caja donde beneficiarios de los programas Tekoporã y Ñangareko convertían en efectivo sus giros telefónicos asignados por el Gobierno.
Tekoporã se le otorga a familias en estado de pobreza y Ñangareko es la transferencia monetaria de G. 500.000 que otorga el Gobierno a unas 300 familiares vulnerables para paliar las necesidades durante la pandemia. La comisión por esta operación fue del 5% sobre el monto estipulado.
El fiscal Fermín Segovia adelantó que solicitará informe a las operadoras electrónicas para contar con las evidencias denunciadas, teniendo en cuenta que los desembolsos de ambos proyectos son únicamente para adquisición de productos de primera necesidad en casas habilitadas para el efecto.
Señaló que los propietarios manifiestan dedicarse a la venta de alcohol en gel y tapabocas y termómetros.
Dichas operaciones se van a va verificar a través de los informes de los bancos y la red correspondiente. Se exponen a penas carcelarias o multa, si se comprueba irregularidades en los informes de las operadoras electrónicas.
Marcos Barreto director del Departamento de Industria y Comercio de la Municipalidad de Coronel Oviedo indicó que es la tercera vez que detectan irregularidades por denuncias de aglomeración de personas. “Constatamos que es un local de venta y reparación de celulares pero estaban vendiendo alcohol, tapabocas y termómetros, para los cuales no están habilitados”, indicó.