Con la lluvia de los últimos días, parte de los cordones en el área reventaron ante la intensidad del caudal y se agudizó el problema de inundación que sufren más abajo en la zona. Los moradores también señalan que el curso del agua sufrió un desvío.
“El cauce iba naturalmente en línea recta y luego cerraron el paso para desviarlo. Antiguamente aquí había además un puente. Ahora colocaron solo dos tubos”, relató la presidenta de la comisión del asentamiento, Carolina Paniagua
Los trabajos de construcción vial están a cargo del consorcio Heisecke - Teco, que logró adjudicaciones para dicho cuestionado trayecto que presenta deterioro en varios tramos. Desde Última Hora intentamos tener la versión del encargado de obra y representante de la empresa Heisecke, pero no contestaron las reiteradas llamadas.
“Todo empieza con la obra de asfaltado en la zona donde anteriormente existía el puente de hormigón armado y también necesitamos realizar un canal ancho para encauzar el agua que termina en el río. Estamos reuniéndonos con los encargados de la empresa”, indicó Raúl Maciel, funcionario de la Municipalidad de Villeta, encargado de caminos vecinales. Ante la consulta de proyectos concretos que se plantean desde el Municipio, junto con la empresa, señaló que se encuentran recabando datos de la situación para analizar las acciones a ejecutar.
Realidad compleja. Además del problema de la obra, en la zona también existe ocupación informal a la vera del citado arroyo, que cruza al costado del asentamiento Sol Naciente 2.
De las 21 manzanas del asentamiento se establecieron cuatro áreas como zona roja por ser lecho del cauce. En dichos lotes inhóspitos se encuentran asentadas cerca de 40 familias, según la presidenta de la comisión.
Paniagua comenta que muchas familias vinieron a instalarse en el sitio incentivadas por personas que serían operadores políticos.
“Lo ideal es no apuntar al asistencialismo y buscar reubicaciones. A muchas personas les avisamos que esos lugares no son aptos para viviendas. Durante la inundación les asistimos como pudimos. Es un riesgo muy alto vivir así”, señaló.
Lamentó que desde que asumió el ministro de Desarrollo Social, Mario Varela, presentaron cerca de 50 notas de pedido de audiencia a fin de buscar acompañamiento para la reubicación para dichas familias.
Sonia Quiñónez es una de las pobladoras, quien junto con su marido y dos hijos se instalaron cerca del cauce. “Éramos encargados de una casa en Ñemby, pero luego se vendió y no teníamos para vivir en alquiler. Nos ofrecieron venir acá. Si hay opciones de reubicación en otro terreno me gustaría salir”, comenta.
Terrenos “aptos”. Carmen Arévalos intenta volver a la rutina normal luego de una jornada tormentosa. “Siempre entra agua con una lluvia grande, pero esta vez fue exagerado. Nuestras pertenencias quedaron bajo agua”, comenta mientras lava su ropa en el patio aún con rastros de la riada. La propiedad de 19 hectáreas fue adquirida años atrás por el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) para viviendas sociales, sin embargo, el paisaje en general es característico de esterales. Con cada lluvia considerable, toda la comunidad está expuesta a inundaciones.
El terreno de Carmen por ejemplo está dentro de las 21 manzanas establecidas como “habitables”, según las evaluaciones técnicas, pero su realidad palpable es la de vivir en alerta para evacuar su vivienda ante la llegada de otro gran diluvio.
Estamos hablando con los encargados de la obra vial y con la comisión vecinal para ver qué trabajo concretar.
Raúl Maciel,
funcionario municipal.
Ya presentamos como 50 pedidos de audiencia con el ministro del MDS, desde que asumió, pero no nos atiende.
Carolina Paniagua,
presidenta de comisión.