07 may. 2024

“Intenciones” poéticas que deslíen recuerdos que arrebatan al olvido

Alberto Manuel Sisa

Él nos vuelve a deleitar y conmover como lo hiciera hace unos años atrás con Manual de sombras, en que diera a conocer su mundo y visión de poeta comprometido con la palabra y su tiempo. Publicado por la pujante Editorial Rosalba, su nueva obra, Intenciones, nos transporta a ese universo constelado de nenúfares azules, cantos de cigarras, canciones, balcones de ausencias, lunas rojas, retazos de calles, amigos, bellas muchachas y apasionados besos, ahondados por el nostálgico sepiado de los recuerdos, que los nombra, resalta y trasciende a través de su poiesis ensoñadora.

Para él tiempo y la palabra están inmersos en una gran unidad indisoluble, en el que se adentra hasta en los últimos rincones de la memoria. El poeta rastrea su niñez y juventud en la Asunción de los años 60 y 70, de revelaciones de lo ya existente, y en virtud de la alquimia del verbo y del sueño, evoca vivencias amorosas y existenciales recreadas a través de la belleza y el misterio.

Poetizar es recordar, rememorar. Así nace la palabra primigenia, inconmensurable, augural, que se dispara y trasluce en los poemas de Intenciones, sacando a luz a través de las palabras el otro lado de la realidad sensible, golpeando en sus sílabas la sangre, buscando respuestas a los signos solitarios que lo hieren. Cada línea evocativa deslíe en su presente inacabable una honda melancolía; cada metáfora, transparente, fresca y galante, lleva consigo símbolos querenciales, grabada en la memoria a través de la aguda percepción sensorial del vate, con todo lo que representa la policromía y polisemia poética.

En sus poemas, su actitud se da como expresión de deseos, que la ejerce como plegaria, manifestación de anhelo y puente para transfigurar la realidad, como una necesidad espiritual, física y síquica «para enumerar los antiguos olvidos, para revivirlos en algún otoño». El canta el amor con todo fervor y vuelca por entero su intensidad lírica con una tonalidad emotiva y ponderada, dueño además de un refinado erotismo, al describir la cálida geografía del cuerpo de la mujer amada, celebrando vida.

Sin perder esa identidad que hace a su cosmogonía poética y mágicas connotaciones, él ve con pesar los blancos campos de algodón que gimen de dolor en su tierra. A la vez idealiza estremecidamente, ver a la gente feliz, apreciando un paisaje o bien deteniéndose en medio del trajín diario para admirar las arreboladas nubes.

En su búsqueda poética de perennes traslaciones de cruzar el tiempo envuelto de élitros azules esplendentes al borde de la aurora, en un circular desvelo y ensoñación, aparece en él la palabra reveladora y absoluta en busca de la consagración del instante, quizás en alguna esquina asuncena o en algún arrabal bohemio de la gran urbe porteña.

Los haikus están presentes en su obra a manera de corolario final. Sus versos de 5, 7 y 5 sílabas que hacen a la esencia del «aquí y ahora», despliegan un maravilloso ramillete de breves pensamientos para goce del alma. Siguiendo las huellas de los antiguos, y en especial del primer gran maestro de la historia del haiku, Matsuo Bash, el autor nos anima a través de su lograda inspiración, a vivir en armonía con la naturaleza y a compartir los más bellos momentos con los demás.

El poeta Juan Rolón, perseguidor infatigable de verbos, mariposas, auroras, estrellas y pájaros azules de la nostalgia que contienen al mundo, intensifica a través de su poética esas realidades y sueños, en sílabas que se unen y forman un misterio al decir de Lorca. Él lo hace suya y compartida, auténtica y conciliar con la poesía, porque el poeta ama, porque simplemente toca tu corazón, con la múltiple intención de sus dones.

Intenciones

Rastrear el origen de la sangre

en los pájaros nocturnos.

Investigar si todos los naufragios

fueron devorados por el mar.

Verificar si la eternidad

tiene días meses y años.

Cubrir con nenúfares azules

la laguna Estigia.

Enumerar los antiguos olvidos

para revivirlos en algún otoño.

Urgir al universo conocido

que muestre sus últimos rincones.

Asegurar que nuestros sueños

nunca fueron soñados antes.

Para un poema.

Haiku I

Monte profundo.

El pájaro campana

tañe soledad.

Haiku II

Vientos que traen

escarchas para el alma:

pena de invierno.

Haiku III

Es noche clara.

Parpadea a la luna

una luciérnaga.

Haiku IV

Andar cansino

deja rastros dorados.

Otoño triste.

Haiku V

Un brillo azul

visita las naranjas:

mágico choguy.

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Literatura, Estado y Sociedad en el Paraguay

Servilibro - Abril 2021

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Este es un libro que hacía falta en nuestra literatura. Para comprenderla mejor, para vivirla mejor y para demostrar más allá de nuestras fronteras, que Paraguay tiene una literatura vivaz, encendida, llena de sentimientos, de pasión, y exquisita en su manera de expresarse. Entramos de nuevo a muchos libros que pasaron por nuestras manos hace ya algún tiempo. Y sin embargo ello, a través de la pluma de Víctor, nos lleva a universos diferentes, a vivencias existenciales distintas, que nos permiten aquilatar de otra manera dichas obras.

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