26 abr. 2024

Instan a ser tolerantes y no despreciar a indígenas

Darío Bareiro
CAACUPÉ

Con un alegato contra la discriminación, monseñor Lucio Alfert, obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, exhortó a la ciudadanía a poner en práctica la convivencia pacífica, la justicia social y la fraternidad entre personas de diferentes culturas, especialmente hacia los pueblos indígenas que sufren la indiferencia de la sociedad y de las instituciones.

Esto durante su homilía en el cuarto día de la novena de la Virgen en Caacupé. De esta celebración participaron representantes indígenas de todas las parcialidades, procedentes del Chaco y de otros puntos del país.

El obispo dijo que la iglesia de Cristo está comprometida con el bienestar del pueblo, con la convivencia pacífica y apoya la lucha por la igualdad de posibilidades, y la solidaridad entre todos, pero se preguntó si realmente se está construyendo un país y un mundo soñado por Dios.

En este sentido, siguiendo la lectura del Evangelio de San Pablo, dijo que es hora de “despertarnos, darnos cuenta en qué momento vivimos y qué debemos hacer y no sentirnos superiores a otros, ya sea por saber más, por tener más poder político, o por tener más plata, o ser de tal o cual casta y clan familiar”.

Señaló que en la sociedad se tiende a despreciar a otros simplemente por tener otro color de piel, por hablar otras lenguas, por ser diferentes. “Hasta hoy los pueblos indígenas son los que más sufren esto en nuestra sociedad. La burla, la indiferencia y la incomprensión de la gente hacia los indígenas se evidencian, y ellos también son desalojados o son echados de sus tierras ancestrales”, lamentó.

Criticó que se cuestione a los indígenas porque llegan a las ciudades y recordó que este también era su territorio. “Como aquí en Caacupé había pueblos indígenas y fueron despojados. Pregunto, ¿no nos ha creado Dios a imagen de él?”.

Las instituciones del Estado, resaltó monseñor Alfert, a menudo se niegan a defender los derechos indígenas o simplemente no hacen cumplir lo que dice la Constitución Nacional. “En medio de un mundo de tanto desprecio, luchas de clases sociales, rivalidades, hoy nos encontramos aquí en Caacupé rodeados entre los originarios de muchas culturas diferentes”, indicó.

El obispo del Chaco remarcó que no se puede instaurar la verdadera paz a base de armas policiales y militares, que sin Dios todos acabarían con este mundo. “No vamos a lograr vivir juntos por el imperio de las armas. Debemos ser todos facilitadores de encuentros, de diálogo uno con otro, para apreciarnos mutuamente. Hablar sin falsedad, de corazón a corazón, e instalar así –como dice el papa Francisco– una cultura de encuentro”, destacó.

Felicitó al pueblo Nivaclé que ha logrado profundizar su lengua, que entre en la academia de la lengua Nivaclé e Invito también a los indígenas a no achicarse, a no disimular en la sociedad su origen.

DISCRIMINACIÓN. Obispo dijo que los indígenas son quienes más intolerancia sufren en el país.

Soñamos con una patria donde se pueda vivir en paz, con instituciones públicas con políticas eficaces.

Soñamos con cristianos auténticos que vivan sus compromisos obispales con coherencia.

Soñamos con un país donde los indígenas puedan vivir sin ser perseguidos o despreciados. Mons. Lucio Alfert, obispo del Chaco.

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