“Los pueblos indígenas siguen sufriendo presión sobre sus territorios, sobreviviendo de alguna manera, sin ser considerados para políticas públicas que puedan redundar en un desarrollo sustentable, en la conservación y el desarrollo de su cosmovisión”, indica parte del comunicado.
Dicho sistema de bosques contaba históricamente con 9 millones de hectáreas que hoy en día se vieron reducidas a tan solo 1,8 millones, consistentes en su mayor parte en áreas protegidas, esto debido a la actividad agropecuaria.
Advierten que la deforestación acarrea enfermedades zoonóticas como el mal de Chagas, hantavirus, leishmaniasis y fiebre amarilla, y que la pandemia del coronavirus es un ejemplo de la frágil relación entre el ecosistema humano y la naturaleza.