La primera de varias expulsiones de plasma y campos magnéticos desde el Sol comenzó poco después de las 16H00 GMT del viernes último, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos.
La NOAA catalogó la tormenta geomagnética como “extrema”, ya que es la más potente desde octubre de 2003, cuando varias explosiones de plasma de la corona solar provocaron apagones en Suecia y daños en la infraestructura energética en Sudáfrica.
Las redes sociales se llenaron de fotos de auroras captadas en el norte de Europa y en países del hemisferio sur como Chile, Argentina, Australia o Nueva Zelanda y se espera que el fenómeno continúe el fin de semana.
“¡Acabamos de despertar a los niños para que vean la aurora boreal en el patio trasero! Es visible a simple vista”, dijo a la AFP Iain Mansfield, un asesor político residente en Hertford, en el Reino Unido.
“Fue alucinante, el cielo estaba pintado de todos los colores. (...) Tener la oportunidad de ver eso te hace agradecer al universo”, contó por teléfono Sabrina Chamorro, de 40 años y empleada en un comercio de ropa de Ushuaia, en el extremo sur de Argentina.
La NOAA dijo ayer que “tormentas de diversa intensidad” persistirán al menos hasta hoy. La amenaza de más llamaradas fuertes y eyecciones de masa coronal [CME, por su sigla en inglés] permanecerá hasta que el gran y complejo cúmulo de manchas solares rote fuera de la vista en los próximos días”, indicó.
Las autoridades pidieron a operadores de satélites, aerolíneas y a encargados de redes eléctricas que tomen medidas de precaución ante posibles perturbaciones causadas por cambios en el campo magnético de la Tierra.
La Agencia Estadounidense de Aviación Civil (FAA) afirmó que “no se esperan consecuencias significativas” en lo que refiere al tráfico aéreo.A diferencia de las erupciones solares, que viajan a la velocidad de la luz y llegan a la Tierra en ocho minutos, estas eyecciones se desplazan a un ritmo más lento, de 800 km por segundo.
Los campos magnéticos asociados con las tormentas geomagnéticas inducen corrientes en los conductores largos, incluidos los cables, lo que puede provocar apagones.
También pueden tener impactos en la comunicación por radio de alta frecuencia, GPS, en naves espaciales y satélites.