Las localidades chaqueñas también están muy afectadas por las inclemencias del tiempo que, sumadas a la deficiencia vial, aisla a los pobladores. La principal necesidad de las familias damnificadas son los víveres, cuya entrega se complica por la accesibilidad.
Lejos de dejarse vencer, un grupo de pobladores hizo gala de su talento y construyeron una balsa para tras-ladar sus alimentos. Con madera y bidones para hacer flotar, crearon el medio de transporte para acarrear los víveres y llevar hasta los establecimientos ganaderos donde los peones trabajan.
Se trata de un grupo de trabajadores de un estancia ubicada en Carmelo Peralta, Alto Paraguay, que vivieron toda una odisea, precisamente en un tramo donde se proyecta el corredor bi-oceánico, una anhelada ruta asfaltada de 227 km, que unirá esa localidad con Loma Plata, Boquerón.
Actualmente, en el inundado camino, que conecta el Puesto 65 hasta Carmelo Peralta, solo se puede transitar con tractor, a caballo y a pie. En medio del riesgo que implica pisar el agua en la ruta por la diversas alimañas que existen y la de contraer algún tipo de enfermedad, las personas se arriesgan para llevar alimentos, que es lo primordial para el sustento de las familias que trabajan en las estancias lejanas. (A.M.)