“La UIP suele decir que los jóvenes no están preparados, pero tampoco se involucran en la educación”, sostiene Víctor Bogarín, profesor de Electricidad del Colegio Técnico Nacional (CTN).
Si bien admitió que hay convenios con establecimientos escolares que están dormidos, Volpe asegura que están abiertos a colaborar en el mejoramiento de la educación técnica del país.
“De alguna manera estamos ayudando en la educación con la UPA (Universidad Paraguayo-Alemana), y el Instituto Técnico Superior, donde formamos en especialidades como mecatrónica a los bachilleres que vienen de colegios técnicos”, menciona.
Necesidades. Solo en el Técnico Nacional, las máquinas tienen 32 años de uso. En un laboratorio, de 20 equipos solo 9 están en funcionamiento. Otras instituciones están en situación similar, como el Centro Educativo de Alto Rendimiento de Luque, donde hacen vaquitas o sobreviven mediante cooperación internacional.
Además, docentes aseguran que la malla curricular de las 26 especialidades no están actualizadas, teniendo en cuenta el avance tecnológico de los últimos años.
Politización. “El MEC perdió su rol de formador de jóvenes, para convertirse en un trampolín político”, afirma Héctor Cristaldo, titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
Muestra su preocupación por el desfasaje actual de la educación técnica, pero habla también sobre la educación “en general”.
“En los últimos 27 años vimos cómo el MEC perdió su rol de formador de jóvenes para ser un trampolín político”, critica Cristaldo.
Indica que de ahí salieron presidentes de la República y una candidata. “De Ministerio de Educación pasó a ministerio de activismo político”, reafirma.
El último ejemplo del activismo político en la cartera educativa es el del ex ministro Enrique Riera, quien apenas pasó un año y seis meses al frente, para luego candidatarse como suplente al Senado.
Incluso había sido criticado por instar a que los docentes del país voten por su candidato en las presidenciales.
Hasta el ex director de Educación Técnica del Ministerio Ramón Iriarte apunta a que esta inestabilidad que se da en la cartera por avatares políticos, hace que cualquier cambio o propuesta de mejora sea muy difícil.