08 ago. 2025

Indígenas Mbya Guaraní buscan superarse en medio de adversidades

A diferencia de los nativos instalados al costado de la terminal del Ómnibus y del Centro Regional de Educación, Gaspar Rodríguez de Francia de Ciudad del Este, los Mbya Guaraní de Puerto Gimenez, comunidad ubicada a 25 kilómetros al sur del centro urbano de Presidente, Franco, Alto Paraná, buscan superarse en medio de adversidades.

mbya puerto gimenez

REDACCIÓN|CDE

En la comunidad está instalada dos escuelas plurigrado, a cargo de los docentes Roberto Barreto, que viene todos los días de la colonia Alfredo Platt y del nativo Luis Vera.

La estructura es precaria y diariamente estudian 18 alumnos en los turnos mañana y tarde, igual cantidad estudia en la otra escuela ubicada en otro punto de la comunidad, conformada por 22 familias, que suman en total unas 100 nativos distribuidos en 5 grupos en espacio de 30 hectáreas de tierra.

En las precarias escuelas los Mbya más jóvenes aprenden a leer y escribir, lo que les permite desenvolverse mejor afirma Alberto Benítez, unos de los encargados de la población.

“El profesor Vera es de nuestra comunidad, el estudió y ahora el le enseña a los niños a leer y escribir. El otro profesor viene todos los días de la colonia Alfredo Platt. Hoy no hubo clases, pero igual los niños vinieron a la escuela a repasar sus lecciones”, relata en idioma guaraní.

Benítez dijo que viven de la agricultura. Cultivan mandioca, maíz, batata y maíz. La comunidad en sí está instalada en el lugar hace 30 años. Mencionó que tienen muchas necesidades, principalmente de vivienda y hay día que no tienen que comer, principalmente cuando no tienen suerte con los cultivos.

ABANDONO. Señaló que anteriormente solían recibir visitas de gente del gobierno, que solían proveerles de atención médica, con provisión de medicamentos y en muchos casos víveres.

“Hace dos años que ninguna institución del gobierno nos visita. Nosotros cuando tenemos problemas, recurrimos a veces a la gobernación, pero tampoco es mucho en lo que nos ayudan”, añadió el indígena.

Sostuvo que pese a la pobreza en que se desenvuelven, mantienen su dignidad y se las arreglan como pueden. Dijo que se resisten a seguir los pasos de sus hermanos Mbya Guaraní, venidos de Caaguazú y Caazapá, que se instalaron en carpas en Ciudad del Este, donde mendigan y prostituyen a sus mujeres.

Reconoció que a pesar de estar en el lugar hace más de 30 años, padecen de muchas necesidades. “Siempre hay algo para comer”, al señalar que no permiten que nadie vaya a la ciudad a mendigar.

“No te puedo decir que vivimos bien, sufrimos necesidades principalmente de viviendas. Queremos que el gobierno nos mire, nos de un poco de atención y nos construyan para nuestras casas, ese es uno de nuestros sueño”, señala Carlos Gonzalez, otro miembro de la comunidad.

El joven nativo explica que esperan tener mejor suerte con el nuevo presidente, del que esperan una atención más directa de manera a tener respuesta a sus necesidades.

Los Mbya Guaraní de Puerto Gimenez son el ejemplo de la otra cara de esta parcialidad, aún con sus limitaciones, no buscan huir de su comunidad para terminar siendo víctimas de la prostitución y las drogas en Ciudad del Este. A contrario piden a las autoridades más asistencia para poder vivir mejor en su casa, con sus familiares.