Los trabajos se realizarán con asistencia de técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería, pero las donaciones fueron entregadas por representantes de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, como parte de la responsabilidad social de algunas empresas adheridas, informó ayer el ingeniero Rubén Sanabria, de la CAP. En Hernandarias, la Municipalidad se encargará de la preparación del suelo.
“Lo ideal es que no sea una mera distribución de semillas y fertilizantes, sino que se obtengan los rendimientos necesarios y quede la buena práctica agrícola como resultado, para ir recuperando la fertilidad de los suelos. A los 100 días se cosecha el maíz lechoso o choclo y a los 150 días madura. Si se cosecha unos 3.000 kilos de choclo el agricultor puede percibir alrededor de 15 millones de guaraníes, el resto puede usarse para el consumo y la preparación de raciones”, explicó Sanabria.
En Alto Paraná los beneficios llegan a familias de agricultores organizados de Hernandarias, Santa Fe del Paraná e Itakyry. En Hernandarias, los beneficiados son los nativos de la comunidad Acaraymí, conocidos en la zona por la aplicación de la agricultura mecanizada y el progreso en su comunidad. Entre ellos, ya hay estudiantes de agronomía que están especializándose para acompañar el desarrollo de la comunidad Avá Guaraní.
Otras comunidades como Toryvete, Félix de Azara, Orlando Cué y Nueva Fortuna, también ya están en proceso de cultivo. En ellas son los líderes, quienes realizan la distribución de las semillas.
Además, se prevé la distribución en comunidades de Itapúa, Canindeyú, Misiones y Caaguazú de las semillas y fertilizantes hasta completar las 2.000 hectáreas en este plan piloto, cuyo resultado se pretende presentar al Gobierno para que se pueda seguir aplicando en el país, conforme a la versión del ingeniero.
“Hay muchas empresas que quieren aportar, el problema es que los aportes den resultados. Nuestras comunidades campesinas son cada vez más pobres y en nombre de la Reforma Agraria nuestros políticos cada vez más ricos”, agregó Sanabria.
La CAP también va a acompañar el proceso de producción a través de un moderno sistema de monitoreo, con parcería con una empresa privada, a través del cual los pequeños productores podrán informar sobre cualquier plaga que pueda afectar al cultivo para ser asesorados por el gremio, en caso de que haya ausencia de los técnicos del MAG, que deberán asistir a los productores. “Con la suspensión de clases, hay muchos estudiantes en las casas que saben manejar los medios tecnológicos. Entonces, el agricultor va a enviar una fotografía georeferenciada de la chacra donde surja algún problema con el cultivo, sea lluvia, ataque de insecto, maleza, y así nosotros vamos a asistirles”, explicó.