14 jul. 2025

Imperturbables

Stroessner

Pueden subir el combustible sin razón alguna 1.200 guaraníes en seis meses, la pandemia llevarse más de 13.000 muertos, observar la corrupción a cielo abierto, despilfarrar 1.600 millones de dólares para el Covid, ver los destrozos de la ignorancia, los baches de la dignidad y el cráter de la inmoralidad, que nada hace reaccionar al paraguayo. Cuando lo intentan, llevan preso a unos cuantos para que la ejemplaridad de la injusticia sea suficiente para atemorizar a todos. Stroessner desarrolló esta estrategia con notable éxito en sus 35 años de dictadura y el modelo continúa de forma imperturbable hasta hoy en día. La capacidad de resiliencia a todo lo que impide el desarrollo entre nosotros es notable y la pandemia sirvió para graficarlo aún más.

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Cuando no se sabe de dónde sacar recursos porque el camino de los impuestos se cierra y los créditos tomados se malgastan o se roban surge siempre el combustible como una fuente inagotable de ingresos. Más del 50% del valor del litro de la nafta y el gasoil es impuesto que va directo a las arcas de un Estado que derrocha más de 1.600 millones de dólares por año según el BID. No se piensa ni por asomo sobre la reacción que estos incrementos pueden generar. No les importa en verdad a nuestras autoridades el impacto sobre la canasta familiar, la inflación o algo parecido. Sin argumento ni razón cada vez que no pueden aplicar más impuestos o tomar mas créditos simplemente se elevan los costos de los combustibles y la sociedad se mantiene imperturbable, facilitando que las cosas nunca cambien. Menos nos importa lo que hicieron los chilenos por un pequeño incremento en el precio del pasaje del metro o los brasileños con el de los autobuses. Para nosotros nada es igual porque hemos convertido la resiliencia hacia la opresión en un factor que nos paraliza y nos convierte en rehén de la injusticia, el crimen y la corrupción. Lo hemos convertido en blasón.

Incluso ante la gravedad de este hecho económico la distracción se focaliza en temas intrascendentes y banales que buscan sepultar cualquier debate serio sobre los temas importantes. No aprovechamos la ocasión para pensar en cómo podríamos acabar con la dependencia del combustible fósil y sustituirlo por la abundante hidroenergía de Itaipú, cuyo precio se reducirá a la mitad el próximo año. Ningún partido político ni referente personal han pegado el grito de decir que no podemos permitir que nos metan las manos a los bolsillos cada vez que les falta dinero cuando tenemos hidroenergía abundante que puede mover automóviles, buses, tranvías o trenes. No nos perturban la urgencia, las potencialidades, las incoherencias y menos la pobreza de tantos paraguayos.

Somos un país domesticado por la tragedia. Ella se ha hecho parte de nuestra historia que no nos creemos capaces de doblegarla. La hemos hecho parte del “alma de la raza” y vivimos imperturbablemente bajo su influjo y designio. Todo lo que puede levantarse contra ella no creemos posible lograrlo y si al menos consentimos que fuera realidad, concluimos que si eso acontece algún maleficio acabará con el mismo.

Hace más de 150 años vivimos atrapados por una realidad injusta, trágica, mentirosa y corrupta y estamos convencidos de que “así nomás somos los paraguayos”. Nada de atrevimiento, osadía ni capacidad de hacer las cosas de manera diferente. Vivimos en el país donde los imperturbables le hacen el coro silencioso a los ruidosos corruptos de nuestra fauna criolla, los mismos que creemos hacen parte de este paisaje trágico llamado Paraguay. Aunque nos roben y nos mientan, somos imperturbables a todo eso.

www.benjaminfernandezbogado.wordpress.com