Nelson Puga, jefe de los servicios médicos del Porto, dijo ayer que Iker Casillas pudo superar su infarto sin que le queden secuelas, pero subrayó que es pronto para hablar de su futuro en el fútbol, que va a depender de la recuperación y la propia voluntad del jugador.
Casillas sufrió ayer un infarto agudo de miocardio durante un entrenamiento y permanece ingresado en el Hospital CUF de Porto, donde fue sometido a un cateterismo.
“Dependerá de la medicación necesaria, de la evaluación que tendrá que ser hecha no solo en situaciones de reposo, sino también de estrés como el ejercicio físico y también de la voluntad que tenga en continuar”, dijo en declaraciones a Porto Canal, cadena propiedad del club.
Puga aseguró que tienen la certeza de que va a quedar “perfectamente recuperado”, pero que solo después de tener en cuenta todos esos factores, “con mucha calma y mucho diálogo, se va a decidir si continúa y si quiere continuar”.