Los senadores sumaron 40 votos en contra del proyecto que modifica la Ley que establece el Estatuto Agrario, y lo devolvieron a la Cámara Baja.
La iniciativa fue catalogada en todo momento como un blanqueo de las tierras malhabidas, y el debate se centró en las críticas a los diputados.
Pedro Santa Cruz cuestionó la intención de facilitar la titulación de las tierras obtenidas por la vía de la apropiación indebida a personas que no son sujeto de la reforma agraria.
Sostuvo que cualquier modificación del Estatuto Agrario debe ser analizada y debatida con organizaciones campesinas. “Estamos obligados, los representantes de los tres poderes del Estado, a conformar una mesa de trabajo para proteger el derecho de los más desprotegidos”, sentenció.
“Muchos de los que compraron derecheras son los que van a legalizar. Es una decisión, en primer lugar, desatinada”, consideró. Alegó que el Estatuto Agrario es un pacto social, por lo menos teóricamente entre la sociedad civil y el Estado.
“Lo ilegal nunca puede ser legal. Es una vergüenza de la Cámara de Diputados, una vergüenza de los diputados que se prestaron”, indicó el liberal Enrique Buzarquis.
“Reivindicamos una reforma agraria integral, que no es solamente entregar tierras”, refirió Carlos Filizzola.
“No estamos de acuerdo con una medida parche. Este proyecto intenta cambiar el proceso de titulación. Hay tierras usurpadas por políticos y narcotraficantes en Antebi Cué”, denunció Fidel Zavala, y recordó que habían presentado un proyecto que no tuvo el apoyo de sus colegas.
“Nuestros propios campesinos van vendiendo derecheras y luego se instalan en otros asentamientos”, increpó.
Esperanza Martínez habló de una sociedad de privilegiados y excluidos.