Por ejemplo, la semana pasada se divulgaron las objeciones de la empresa británica Smartmatic, que acusa que el llamado está elaborado para favorecer a la empresa argentina Magic Software Argentina (MSA). Apunta que el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) exige que la boleta de voto deberá imprimirse en papel de 90 gramos, “dejando de lado a multinacionales dedicadas exclusivamente al ámbito electoral”, en beneficio de la argentina MSA, la única de las oferentes cuyas máquinas imprimen papeles de estas características.
Asimismo, señala que el pliego de bases y condiciones exige que las máquinas tengan una autonomía de 12 horas, pero con batería interna, y, de nuevo, la argentina MSA es la única que cuenta con máquinas de batería interna de 12 horas.
Además, acusan que en las condiciones tampoco se menciona el “índice de obsolescencia tecnológica”. “Esto es la antigüedad de las máquinas ofrecidas, pues es bien sabido que la frontera de una tecnología en cuanto a que se vuelva obsoleta es de 36 meses. La mayoría de las máquinas de la oferente favorecida (MSA) son del 2014, por lo que en términos tecnológicos ya son obsoletas y para el 2020 la tecnología ofrecida por la empresa tendrá 6 años de antigüedad”, detalla el cuestionamiento de Smartmatic.
RESPUESTA. Ayer, Luis Alberto Mauro, coordinador general de la Comisión Especial para la Implementación del Voto Electrónico, indicó que las especificaciones técnicas que están en el pliego de bases y condiciones son sustanciales a todo el procedimiento. Agregó que las exigencias para el arrendamiento de las máquinas de votación fueron adecuadas a la nueva ley, de manera a evitar la trazabilidad del voto, y ratificó en que se garantiza a la ciudadanía paraguaya que el voto será secreto.
También dijo que sea cual fuese el sistema a ser utilizado, chip o código QR, la información del voto estará encriptada y la institución electoral será responsable de que el voto sea secreto y el escrutinio público.
Explicó además, que no son urnas electrónicas las que se solicitan, y que estas tienen un disco duro que guarda el padrón, el voto del elector, e incluso las actas. “Pedimos lo que llaman máquinas de votación, que son absolutamente diferentes porque en la máquina no queda registrado el voto del elector, no queda el padrón de mesa, no tiene ninguna conectividad ni puerto de salida, ni disco duro, solo sirve para imprimir el voto y sumarlos”, ratificó Mauro.
Martí acusa que es un negociado
Fabián Martí, titular del Tribunal Electoral Independiente (TEI) del PLRA , cuestiona el proceso licitatorio del TSJE por ser aparentemente dirigida. “Lo de la licitación es un tema interno del TSJE, por lo que se puede observar tiene vicios de direccionamiento. Ojalá que el negociado no afecte al funcionamiento y garantías de los procesos electorales”, lamentó. “La empresa debería de tener suficiente arraigo en el país o por lo menos tener un buen respaldo para que se puedan hacer responsable ante eventuales falencias o garantizar los servicios y el buen funcionamiento de las máquinas. El seguro de riesgo contratado debería de ser lo más importante”, sugirió, al mismo tiempo de criticar que el llamado sea solamente para empresas internacionales.