19 jun. 2025

Horacio Ferrer recuerda al argentino Astor Piazzolla en Barcelona y Madrid

Barcelona (España), 4 nov (EFE).- El letrista y poeta uruguayo Horacio Ferrer ofrece hoy en la ciudad de Barcelona y el día 6 en Madrid un recital de la obra que escribió e interpretó con el fallecido Astor Piazzolla, compositor argentino del “nuevo tango”.

En su paso por España para presentar el disco nacido de esta colaboración en homenaje a Piazzolla, Ferrer actuará esta noche en la Sala Luz de Gas de Barcelona y el jueves en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, junto al grupo español Versus Ensemble y al cantautor Enrique Moratalla.


El cantante Horacio Ferrer durante su actuación en el teatro Isabel la Católica de Granada, dentro del Festival Internacional de Tango celebrado en marzo pasado en la ciudad andaluza. EFE | Ampliar imagen

Horacio Ferrer (Montevideo, 1933), buen amigo del bandoneonista argentino, lo recuerda en una entrevista con Efe como “un hombre eufórico, con una capacidad de trabajo extraordinaria, que supo desde su adolescencia su predestinación para hacer una gran obra de la música”.

“Pero también supo que los años de la vida no le iban a dar para hacer todo lo que quería, y sin embargo, escribió 3.500 obras. A diario lo recuerdo. Un gran amigo”, puntualiza el uruguayo.

Horacio Ferrer conoció a Astor Piazzolla (1921-1992) en Montevideo: “En su última actuación en un gran café yo me anticipé por la escalera donde él iba bajando desde el escenario para hablarle”, recuerda el poeta.

“Usted tiene a un fanático, casi fundamentalista, en Montevideo, que ha abandonado a su familia, la facultad de arquitectura, las chicas y todo por su orquesta, que se sabe todos sus arreglos de memoria y puede silbarlos”, le dijo Ferrer a su admirado.

Piazzolla le preguntó quién era esa persona que tanto lo admiraba. “Y yo le respondí: ‘Soy yo’, y él siempre se acordó de esa anécdota”, asegura el letrista.

Cuando Ferrer publicó su primer libro de versos, en 1967, Astor Piazzolla, quien desconocía que su amigo escribía poesía, quedó impresionado al leerlos.

“Le di mi libro de versos y me dijo: ‘Esto es lo que yo esperaba para escribir una letra. Vamos a hacer una ópera juntos: vos escribís el libreto y después yo le pongo la música’”, recuerda.

Y de allí nació la que fuera, quizás, la obra más ambiciosa de tango de la época: “María de Buenos Aires” (1968), una “operita”, como la definieron sus creadores, al descubrir que reunía muchos estilos o ninguno en concreto.

"¿Qué es esto? ¿Una cantata, un oratorio, una ópera, un musical...?”, se preguntaron. “Y le pusimos ‘operita’ por ‘obrita’, pensando que lo más lindo sería una casa muy suntuosa con una puerta humilde”, explica el artista uruguayo.

El público se resistió de entrada a las atrevidas o innovadoras letras de Horacio Ferrer, que fueron justamente, según el propio letrista, el motivo por el cual Piazzolla lo eligió a él pudiendo haber colaborado con grandes poetas.

Unas letras que no tienen nada de “locas”, como algunos han dicho que el propio Ferrer definió: “Yo nunca dije eso, para nada”, insiste. “Escribo letras serias porque ‘serio’ es el adjetivo de ‘ser’, entonces lo que tiene mucho ser es serio, aunque sea exorbitantemente cómico”.

Sea como fuere, su “operita” alcanzó las 120 funciones y precedió el éxito de “Chiquilín de Bachín” (1968) y “Balada por un loco”, cuando uno ponía la música y el otro la letra trabajando como un sólo compositor.

“Pero el éxito es azaroso”, advierte Ferrer, “y creo que nosotros tuvimos la precaución de seguir trabajando con la condición de que lo que hacíamos estaba muy bien, y lo que no estaba muy bien lo tirábamos”, confiesa.

En el nuevo disco que presentarán esta noche en Barcelona y el jueves en Madrid, Ferrer canta y recita “Ciquilín de Bachín”, “Balada para un loco”, y de “María de Buenos Aires”, “Milonga Carrieguera”, “Yo soy María” y “Milonga de la Anunciación”.