03 ago. 2025

Hasta un 15 % de la población tiene dificultades sensoriales

Entre un 80 a 90 % de niños con autismo o del espectro autista presentan dificultades en el procesamiento de integración sensorial, que consiste en la forma en la cual el cerebro recibe, combina y procesa información sensorial con para adaptar sus respuestas a estímulos del medioambiente.

Este problema, si bien no es un criterio diagnóstico del autismo, es una de las disfunciones más marcadas que tiene el autismo, explicó ayer la terapeuta ocupacional argentina Rosa María Nico, durante la primera jornada del seminario que se lleva a cabo en el Hotel Crowne Plaza hasta hoy.

Esto movió a padres, terapeutas, psicólogos, psiquiatras, neurólogos, quinesiólogos y fonoaudiólogos, quienes se interesan cada vez más en esta teoría para mejorar la vida de los autistas con la aplicación del tratamiento. Con ejemplos didácticos y la participación de los asistentes, la terapeuta expuso la forma en que se debe tratar este trastorno.

SIGNOS. Cuando el niño no procesa de forma correcta los estímulos sensoriales de su entorno, sus habilidades, sentimientos, pensamientos y acciones existe un problema de integración sensorial.

Según la experta, los seres humanos tenemos además de los cinco sentidos básicos (vista, gusto, audición, olfato y tacto) dos sentidos internos: el sistema vestibular, que tiene que ver con toda la información relacionada con el movimiento, la gravedad y el equilibrio, y el propioceptivo, en el que la persona recibe información acerca de la posición que ocupa su cuerpo en el espacio a través de sus articulaciones y músculos.

Estos dos sistemas son fundamentales para el desarrollo correcto del niño. Generalmente, la ineficiencia de procesar información sensorial desde los sentidos táctiles, vestibulares y propioceptivos provoca problemas de aprendizaje, de comportamiento, déficit de atención, retraso motriz y de lenguaje, y conductas hiperactivas.

Este trastorno sensorial aparece temprano, ya cuando el niño está en el útero y se desarrolla a lo largo de la infancia. “Muchas de las personas que tienen este problema no tienen un diagnóstico. De un 5 a un 15 % de la población general presenta dificultades en integración y procesamiento sensorial”, resaltó la licenciada.

Los niños que tienen esta dificultad hacen todo lo que otros, la diferencia está en cómo lo hacen, pues no son eficientes, efectivos ni veloces, y no pueden organizar una cantidad muy diversa de información. En ese sentido, la terapeuta destacó que es importante reconocer estas diferencias para ayudar a los chicos a comunicarse y convivir con el medio que les rodea.

PADRES RESALTAN IMPORTANCIA DE LA NOVEDOSA TEORÍA

Raquel Rojas, vicepresidenta del grupo Esperanza para el autismo (EPA) destaca que este seminario sobre integración sensorial es de fundamental importancia para los padres y profesionales que tratan a personas con autismo, y que presentan disfunciones sensoriales.

“De repente, las rabietas, estereotipias y giros de los niños con autismo tienen que ver con una disfunción a nivel sensorial, entonces hay que tratar eso. A veces no tenemos explicaciones, vemos que el chico es inquieto, no atiende, nos desesperamos y no entendemos cómo parar eso. Esto tiene que ver con un componente neurológico para que él tenga ese comportamiento”, resaltó.

Según Rojas, esta teoría es muy novedosa, principalmente en el país, porque padres y profesores no saben cómo estimular estas deficiencias para que vuelvan a su cauce normal.