El viceministro de Economía, Humberto Colmán, salió ayer al paso de los pronunciamientos de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay (CNCSP) y la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), gremios que rechazaron el cambio del enfoque del impuesto a la renta personal (IRP), de formalizador a recaudador.
El subsecretario de Estado, quien también es el coordinador de la Comisión Técnica Tributaria que estudia la reforma del régimen impositivo, afirmó que la modificación del IRP no es solo una recomendación de organismos internacionales, sino que es una cuestión de justicia social, ya que los que más ingresos tienen son los que deben tener una mayor carga en el sistema tributario.
Resaltó que no hay evidencias sólidas de que este gravamen ayudó a la formalización de la economía, como sostienen los gremios del sector privado. Calificó como un mito la tesis de que el IRP influyó en un aumento de los ingresos fiscales mediante el impuesto al valor agregado (IVA), debido a la mayor expedición de facturas.
“Mirando la bibliografía no vas a encontrar en ninguna parte un IRP formalizador. Acá se aprobó así porque era la única forma de ponerlo en vigencia, pero no tiene sentido que la Administración dedique todo su tiempo y recursos a un impuesto que no recauda”, expresó.
“Esa historia de la formalización de la economía es todo un mito. En realidad, el aumento del IVA que se dio a partir del 2003 o 2004, no fue por la introducción del IRP. Fue porque se incorporaron a nuevos agentes, por los cambios en los servicios. No hay evidencia sólida que sostenga que el IRP ayudó a la formalización”, acotó Colmán.
Con respecto a las críticas sobre el gasto, señaló que a la par de la reforma tributaria, el Gobierno lleva adelante una mesa técnica para mejorar la eficiencia del gasto y reducir la “grasa” del presupuesto.
Cambio. El Gobierno ya manifestó su intención de convertir al IRP en un gravamen recaudador, plan que es apoyado por organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Al respecto, la CNCSP y la CAP rechazaron esta propuesta, pidiendo priorizar el combate a la evasión y una mejora en la calidad del gasto. A estas posturas se sumó ayer la Asociación de Empresarios Cristianos, gremio que pidió primero disminuir la “irracionalidad” del gasto público.
Actualmente, el IRP es uno de los impuestos que menos ingresos deja al Fisco. Al cierre del 2018, por este tributo se recaudaron G. 266.523 millones (ver la infografía).