Abandonar la década de los 30 significa que comienza una nueva etapa marcada por una intensidad de cambios físicos y sicológicos. A partir de esta edad comienza un proceso de acumulación de grasa irreversible pero que es posible prevenir. Para evitar esta situación existe un gran aliado: La alimentación.
Aumento de peso, flacidez, problemas intestinales, son algunas de las nuevas situaciones a las que una persona debe enfrentar a esa edad. Además de otras enfermedades como el cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares.
Hábitos saludables
El metabolismo lento y los cambios hormonales provocan bastantes riesgos en la salud. La especialista en nutrición Claralina Mendoza recomienda evitar continuar con la misma dieta con la que llevaba antes de los 40. “Si estás siguiendo la misma dieta que te funcionó cuando tenías 20 años, estás condenado a tener problemas”, comenta.
A partir de los cuarenta años no se trata solo de obtener fuentes de energía, sino de prevenir enfermedades. La dieta saludable depende de la edad y del estilo de vida.
Uno de los objetivos a conseguir es el equilibrio de la azúcar en la sangre. Por lo tanto, bajar el consumo de azúcar tiene que acompañarse con una reducción en la cantidad de grasas. En el caso de las mujeres, la retención de líquidos que surge por sus cambios hormonales, aconseja disminuir la ingesta de sal y carbohidratos refinados.
Los mejores desayunos
Tanto hombres como mujeres deben cuidar su dieta después de los 40. El primer alimento del día da una buena oportunidad para reforzar los buenos hábitos alimenticios. Los cereales y frutos secos serán grandes aliados un desayuno muy saludable.
La avena proporciona al organismo hidratos de carbono de absorción lenta, fibra, proteínas y minerales como el magnesio, hierro, cobre, zinc, además de vitaminas del grupo B y pequeñas cantidades de calcio y ácido fólico. En cuanto a las granolas fortalecen el sistema inmunológico y refuerza las defensas del organismo.
Las leches animales también pueden reemplazarse por productos de ámbito vegetal: La leche de almendra o la de soja reducen el colesterol y tienen un delicioso sabor.
Los mejores desayunos para después de los 40 pueden incluir infusiones de hierbas medicinales y de rodajas de jengibre. Siguiendo en la línea de las bebidas, conviene sustituir el azúcar por endulzantes naturales.
En cuanto a frutas, la frutilla es recomendable ya que es rica en vitamina C, imprescindible para la correcta absorción del colágeno. Además, por su bajo aporte calórico y por su contenido en fibra previene el estreñimiento.
Más alimentos saludables
El paso del tiempo no perdona y el cuerpo necesita cuidados especiales al pasar la cuarta década de vida. A continuación otras recomendaciones para mantener una dieta balanceada siempre y cuando teniendo en cuenta las necesidades de cada organismo. La importancia del desayuno está en que aporta la posibilidad de incorporar alimentos ricos en hidratos de carbono, vitaminas, minerales y fibra. De esa forma, se regula el apetito con una mayor sensación de saciedad. Dentro de los mejores desayunos para después de los 40 hay una gran variedad de productos muy saludables.