Esta parte del proyecto contempló la pavimentación asfáltica de 1.500 metros lineales de pista de cuatro carriles de la ruta PY02, y la iluminación. La segunda fase comprende la ejecución de pasos inferiores en las colectoras, con su correspondiente plan de desvíos; rampas de descenso, interconexiones entre avenidas o pistas ondulantes, dos puentes tipo pérgolas, pasarelas peatonales y veredas. Se trata de un megaproyecto, único en el país, ejecutado por el Ministerio de Obras Públicas con el financiamiento de la Itaipú Binacional. Es el mayor paso a desnivel del país, que demanda una inversión de G. 72.956 millones. Ayer se cumplió un acto del que participaron representantes de ambas instituciones, además del intendente Miguel Prieto, y el gobernador Roberto González Vaesken.
El ingeniero Manuel Gómez, de fiscalización de obras de la empresa Cialpa, explicó que el proyecto se desarrolló para dar una solución vial a este nudo y resolver 17 movimientos posibles, con interferencia mínima en el tránsito. Explicó que el trabajo en zona urbana tiene un desafío diferente, logrando un diseño de vanguardia. Se aplicó un sistema de trabajo que ahorra tiempo y que evita demoras innecesarias con la instalación de 9.200 metros lineales de pilotes, que represan 4.180 metros cúbicos de hormigón, que incluyen las vigas longitudinales que se desarrollaron en estos primeros diez meses de trabajo.
“Las estructuras prefabricadas son un notable aporte a la hora de elegir el sistema constructivo que genera la prefabricación de estos elementos construidos en la ciudad de Capiatá”, añadió.
Se realizó un gran movimiento de suelo y pavimentación. “El sector de trinchera está prácticamente terminado, con revestimiento verde, señalización terminada. Se cavó en este lugar 172.000 metros cúbico de suelo, 22.700 metros cúbicos que responde la conformación de terraplenes en capas finales para poder conformar un mejoramiento en la zona de excavación”.
El ingeniero Gómez destacó el modo Covid de construcción que garantizó la ejecución de la obra. “Las medidas sanitarias fueron un icono importante en este tipo de construcciones para poder tomar las medidas y el estricto control de ellas que lleven al éxito”.
Aseguró que en lo que va de la ejecución del proyecto no se tiene registro de personas infectadas por Covid-19. “Mediante el trabajo de un equipo humano, social, ambiental y sanitario que estuvo encima sobre el cumplimiento de las medidas sanitarias como por ejemplo el control diario de temperatura, de la presión, campaña de educación para el correcto lavado de mano”.
Un aspecto que no fue sencillo, pero que se logró, fue romper con la tradicional ronda de tereré. Dijo que cada obrero se manejó con su equipo individual.