En diálogo con Última Hora, el titular del Centro de Regulación, Normas y Estudio de Comunicación (Cerneco), Enrique Bendaña, dijo estar a favor de un reajuste acorde al porcentaje de inflación que indique el Banco Central del Paraguay (BCP) como cierre de ese año.
“Con todos los esquemas que tenemos de control de inflación es muy difícil llegar al 10% acumulado de inflación como dice la ley para un reajuste”, reconoció.
A modo de ejemplo, dijo que si este año la inflación cerrara con 5%, pues desde enero tendría que ser en ese mismo el porcentaje de aumento del sueldo mínimo. Si al año siguiente la inflación culmina en 3%, entonces se reajusta el salario en 3%.
“Todavía no consensuamos una opinión grupal, pero en esta idea coincidimos varios sectores. Este modelo lo utilizó Uruguay y hace que la economía sea predecible, porque si ya sabes a cuánto estará la inflación armas tus presupuestos sobre esa previsión”, dijo.
Dijo que esta metodología incluso desalentaría el incremento de precios de los insumos de la canasta familiar que siempre ocurre cuando se hace un reajuste del mínimo.
“Como los reajustes se hacen sobre la inflación anual, si desmedidamente suben los precios en esa proporción deberán reajustar el salario a su personal. Hacer más gradual los reajustes puede hacer más justo, que cada año podamos iniciar con un salario nuevo”, destacó.
El ministro de Hacienda Santiago Peña Palacios había propuesto el mes pasado, reducir de 10% a un 5% el porcentaje acumulado de inflación para que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasam) esté habilitada para realizar el reajuste.
Los gremios de trabajadores consultados por este diario se mostraron de acuerdo con esta propuesta, pero pidieron que el BCP cambie la forma de calcular la inflación elaborando una canasta más acorde con los productos que consume una familia con este nivel de ingresos.
No obstante, Luis Saguier, analista económico de la Cámara Paraguaya de Anunciantes (CAP) se mostró en desacuerdo con el incremento anual automático del salario base.
A su criterio, esto no resuelve el problema de fondo del trabajador que es la falta de acceso al empleo. “Estamos podridos de que todo sea un parche. No se quiere atacar los problemas de fondo. Ni siquiera un 30% está afectado por el salario mínimo, es decir, la informalidad en nuestro país es grande; ese es el elemento que tenemos que atacar primero”, había manifestado el economista.