La última semana de diciembre, justo el 28, Día de los Inocentes, la Justicia y la Fiscalía dieron un baño de realidad a los cándidos ciudadanos que esperaban una condena ejemplificadora para el mayor manipulador del Poder Judicial y azote de fiscales y jueces.
Pero en un acto de cobardía y cinismo, decidieron confirmar por qué Paraguay es el país con mayor inseguridad jurídica de la región, por qué es el país de la corrupción y por qué es el país de la impunidad.
Así, con pruebas endebles de los fiscales, un Tribunal de Sentencia decidió enterrar la mínima esperanza de castigo otorgando penas leves a Óscar González Daher, ex senador cartista; Raúl Fernández Lippman, ex secretario general del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM); Lippman y Carmelo Caballero, ex ministro del Interior, por tráfico de influencias en el caso conocido como audios filtrados. En una jugada de ajedrez, para evitar penas más altas, la acusación de asociación criminal “no pudo ser comprobada durante el juicio”.
González Daher no podrá ejercer la función pública por siete años, pero esto está por verse. A juzgar por el peso que aún tiene en los pasillos tribunalicios y la amistad intacta del ex presidente Cartes, es muy probable que algún juzgado levante esa medida “injusta” y sea habilitado como ciudadano para ser candidato a senador nuevamente en el 2023. No es casualidad que en la sesión virtual del Senado del 17 de diciembre, el senador ultracartista Tony Barrios haya tenido un “descuido” y mostrado que estaba sesionando junto a Cartes y González Daher, aparentemente, en la residencia del ex presidente.
El elaborado “despiste” era un mensaje que se comprendió diez días después con la casi exculpación de uno de los mayores delincuentes del país, quien además tiene otro juicio en puerta: enriquecimiento ilícito, declaración falsa y lavado de dinero. ¿Se tendrá un segundo capítulo de impunidad gracias a fiscales y jueces que luego repetirán la comedia de la mutua inculpación?
El caso González Daher fue un frío baño de realidad que muestra en forma descarnada que la mafia sigue controlando los hilos del Poder Judicial, que sin ápice de vergüenza emite sentencias a medida cada vez que juzga a un poderoso. Una demostración más de cómo los fiscales y jueces no logran desprenderse de sus padrinos políticos y carecen del mínimo coraje para cortar el inmoral cordón umbilical que los ata a sus patrones. ¿Qué mejor ejemplo tenían para enviar un mensaje de independencia a la clase política que condenar ejemplarmente al más nefasto manipulador de la Justicia?
BAÑO DE REALIDAD II. Otro caso que muestra el rostro de la corrupción pública fue el escándalo de un acuerdo extrajudicial que le costó el cargo al procurador general, Sergio Coscia, quien junto al titular de Petropar, Denis Lichi, firmaron un documento por el cual se establecía el pago de siete millones de dólares a una empresa argentina de maletín.
El sospechoso acuerdo conciliatorio, cancelado tras la ventilación del caso, se relaciona con una demanda de 31 millones de dólares de la empresa Texos contra Petróleos Paraguayos. El intrincado caso se inicia en la era Lugo. El pleito tiene todos los condimentos de la mafia que desangra al país: funcionarios corruptos aliados con estudios jurídicos y jueces venales. Si bien el caso no llegó a sentencia, la Procuraduría, haciendo un cálculo matemático, concluyó que el Estado iba a perder el caso y por ello se apresuró a firmar el acuerdo. Con solo ver los nombres de los abogados involucrados (colorados y no colorados) se concluye que allí hay una asociación criminal para despojar el patrimonio estatal. Un viejo negocio que sigue intacto.
Coscia renunció “para precautelar” su imagen y la de su familia. De hecho, su salida confirma el intento de negociado porque de lo contrario no se explica su rápida renuncia. Se fue porque no puede explicar la situación. Así de simple. La debilidad presidencial salta por los poros en este caso. Marito admitió públicamente que se enteró del caso por la prensa y hasta ahora no le da muestras de cambiar al titular de Petropar, quien tiene igual responsabilidad y quiere salvar su cabeza tirando el fardo a Coscia, quien ahora ya está fuera de juego. Si no fuera culpable, tampoco puede seguir por incapacidad manifiesta. ¿Cuándo Petropar dará otras noticias que no sean corrupción?
POCAS ESPERANZAS. Los dos casos impactaron en la última semana de diciembre y muestra el nivel de putrefacción institucional y la titánica tarea que tiene la ciudadanía este 2021.
Viendo dónde, cómo y quiénes son los responsables como padrinos y ejecutores, que son el mismísimo poder, solo queda la confianza en las contadas individualidades políticas que luchan contra las mafias, aunque esa esperanza radica principalmente en esa ciudadanía alerta que no puede abandonar el campo de batalla ni un instante.
Estos dos casos revelan una vez más quiénes ya no pueden seguir usurpando la representación popular. Ya no son lobos vestidos de corderos. No se esconden bajo ningún ropaje. Se asumen como lobos que van devorando todo a su paso.
Esos sectores políticos, económicos y sociales que no forman parte de los privilegios de la corrupción y la impunidad, que buscan una sociedad más igualitaria y equitativa, tienen la misión histórica de decidir si quieren ser parte de la manada de lobos o ponerse del otro lado, de los que quieren combatirlos.
“Creo que como dije alguna vez, mi querido Partido Colorado no me va a perdonar que no ponga toda mi buena predisposición para que toda la familia colorada esté unida. Guste o no guste realmente la reserva moral de este país es el Partido Colorado, me refiero cuando vemos en la televisión a aquellos que queman iglesias, que queman campos, que buscan esa agresión, llegar al poder a través de la violencia; no hay otro partido que le dé más seguridad a la República de Paraguay que nuestra querida ANR”.
(Horacio Cartes, líder de Honor Colorado)
LO QUE HAY QUE SABER
MARINA CUÉ. Se lanzó una feroz presión al Gobierno de gremios productivos y organizaciones ambientales para vetar las tierras a favor de campesinos. Marito ya anunció la promulgación.
AMPARO. El diputado Ulises Quintana, procesado por narcotráfico junto a Cucho Cabaña, se mostró exultante con Cartes, tras su enojo con Marito porque “no evitó” que fuera a la cárcel.
ASUNCIÓN. La Concordia Colorada en la capital aparentemente no tendrá éxito. La visita de Nenecho a Cartes generó malestar. Julio Ullón pidió a Alderete apartarse por tener intereses.
INTERPELACIÓN. La tibia defensa del titular de Petropar, Denis Lichi, sobre el escandaloso acuerdo extrajudicial con Texos Oil, puede llevarlo al banquillo de acusados en el Congreso.