“Si los ministerios del Gobierno central son incapaces e incompetentes en muchos aspectos, los gobiernos municipales son peores. La capacidad de gestión o la apuesta a funcionarios íntegros, idóneos y con formación ha sido la excepción. De hecho, no se me ocurre ninguna administración municipal que lo haya hecho, ni la de Miguel Prieto que volvió a anteponer lealtad antes que formación, experiencia e idoneidad. Así, desde el clan Zacarías, se perdieron oportunidades y la mejor época económica de Ciudad del Este no se tradujo proporcionalmente para su ciudadanía, sino que se concentró en lo visible de esa pequeña parte de Ciudad del Este que visitan quienes pasan por la ciudad”, agrega.
LO MISMO. Según Riveros, las lógicas de desarrollo siguen siendo las mismas: el asfalto y el empedrado tienen prioridad sobre sectores como salud y educación.
“Esto fue clásico de la administración del clan Zacarías, pero se mantuvo con la administración de Miguel Prieto. Uno fácilmente compara la velocidad y desarrollo de obras de empedrado y encuentra que en comparación las obras en educación casi no existieron. En 2020 no se ejecutaron recursos del Fonacide para obras en Ciudad del Este, mientras se avanzaba a ritmo industrial en empedrados y la Costanera. Así, no sorprende que la capacidad de innovación o de gestión de nuestros municipios hayan pasado más bien por modas, a veces importadas de afuera, de las cuales la construcción de Costaneras es solo una de las últimas”, cuestiona.
El experto apunta que hasta hoy la ciudadanía conoce muy poco de lo que puede o no hacer un concejal, qué se hace en la Junta Municipal o cuáles son las promesas factibles de una candidatura a la intendencia municipal. Pero las propias instituciones heredadas de la dictadura a nivel municipal condicionan a que las relaciones de participación ciudadana tiendan hacia vínculos de “esto a cambio de aquello”, con poquísimas excepciones.
MEJOR. Riveros cree que, “sin duda, la administración Prieto es mejor que la administración del clan Zacarías, pero esa comparación es triste porque el estándar con el que se compara es muy bajo. Cualquier administración podría ser mejor que la del Clan Zacarías”.
“Debemos aprender a extender la mano para construir críticamente y dejar de aplaudir con los ojos cerrados. Ciudad del Este tiene poco que decir en mejoras de transparencia desde la salida del clan. Un impuestómetro no es una reforma de transparencia porque poco importa saber cuánto entra diariamente si no se sabe en qué, cómo y cuánto se gasta eso que ingresa. Esa es una cortina de transparencia, por ejemplo”, agrega.
Propone abandonar el “Asuncentrismo” para poder encarar problemas locales. “Paraguay se narra desde Asunción y las agendas locales de varios municipios se tejen en la capital. Cambiar eso requiere un proceso largo de construcción colectiva con intencionalidad en la formación y vinculación de capital humano, de infraestructura social en nuestras comunidades y municipios. Eso hemos hecho en 11 años de vida de reAcción. Pero casi nadie quiere hacerlo porque es más atractivo lanzarse electoralmente sin trabajo comunitario previo, que construir a largo plazo sin atención mediática ni recursos”, enfatiza.