Como ya se hizo casi habitual en el Gobierno durante la pandemia, de dar a conocer primero disposiciones a través de decretos y luego retractarse, la decisión de limitar la circulación en las ciudades con más casos confirmados de Covid-19 hasta las 20:00 causó la airada reacción de los sectores que estarían más afectados con esta disposición, como los restaurantes, bares y los organizadores de eventos, cuyos representantes, incluso, llegaron a amenazar a través de las redes sociales de que no acatarían las nuevas medidas.
En consecuencia, los dirigentes gremiales de estos sectores fueron convocados ayer a participar de una reunión con los ministros de Hacienda, Óscar Llamosas; del Interior, Arnaldo Giuzzio; y del Trabajo, Carla Bacigalupo, para escuchar sus posturas y estudiar alternativas que eviten que estos sectores dejen de trabajar durante las tres semanas en las que se extendería la medida, teniendo en cuenta de que los mismos fueron los más afectados por la larga cuarentena instaurada el año pasado por el Gobierno como medida preventiva contra la pandemia.
Durante la reunión, obtuvieron la promesa verbal del propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, que en línea telefónica directa con la ministra Bacigalupo en el momento del encuentro, se comprometió verbalmente a que extendería el horario para estas actividades hasta la medianoche, aunque para que eso entre en vigencia se deberá incluir una adenda al Decreto Nº 4989, que se daría a conocer posiblemente mañana.
MISMOS ERRORES. Aramí O’Hara, empresaria del sector gastronómico, se quejó de que a un año de la pandemia las autoridades gubernamentales vuelvan a repetir los mismos errores y consideró que para decidir sobre las medidas a tomar, debieron primero consultar con los sectores afectados, en vez de acelerar las decisiones y luego tener que retractarse nuevamente.
“No se trata simplemente de sacar decretos y no prever el impacto que pueda tener sobre la salud física y mental, además de la económica, de la gente que trabaja en los sectores afectados”, criticó O’Hara. Por su parte, Oliver Gayet, presidente de la Asociación de Restaurantes del Paraguay (Arpy), aseveró que el 60% de la facturación de los locales gastronómicos se obtiene a la noche, por lo que cerrar a las 20:00 representaría un gran perjuicio económico para los mismos.
En tanto que Juan G. Grassi, de la Asociación de Gastronómicos del Paraguay (Agapy), mostró su enojo por “todo el circo” montado por el Gobierno con el decreto fallido. Dijo que, de todas maneras, la mala decisión de las autoridades afectará negativamente al sector gastronómico y de eventos, porque ya implantaron el miedo en la sociedad, que hará que muchas personas restrinjan sus salidas nocturnas.