La capital fue escenario de violentas protestas disparadas por la eliminación de subsidios a los combustibles, que finalizaron el domingo con un compromiso entre el gobierno de Lenín Moreno y el movimiento indígena que lideró las manifestaciones. La negociación fue cara a cara, con mediación de la ONU y la Iglesia Católica.
La radical protesta indígena generó “una fractura que va a ser muy difícil de recuperar”, dijo Pablo Romero, experto indigenista de la universidad Salesiana, aduciendo que alimentó el racismo en un país donde los aborígenes representan 25% de los 17,3 millones de habitantes.
El Ejecutivo aceptó el pedido de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) para desmovilizar a miles de sus miembros que llegaron a la capital: derogar el decreto presidencial 883 que eliminó los mencionados subsidios, pactado con el FMI. “Felicito al pueblo ecuatoriano porque han logrado una histórica victoria contra el FMI, al conseguir la derogación del Decreto 883”, expresó en Twitter el presidente venezolano Nicolás Maduro, señalado por Moreno de activar junto a su antecesor y ex aliado Rafael Correa un plan de desestabilización.
CACERÍA DE BRUJAS. Ese plan conspirador también salpica a allegados de Correa como la prefecta (gobernadora) de la provincia de Pichincha (capital Quito), Paola Pabón, arrestada ayer. Las autoridades además allanaron la casa del ex asambleísta Virgilio Hernández y la diputada Gabriela Rivadeneira se refugió el sábado en la Embajada de México en Quito.
Moreno aclaró por Twitter que se “sustituirá el Decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan”.
Los aborígenes, que participaron en los derrocamientos de 3 mandatarios entre 1997 y 2005, obtuvieron una simbólica victoria, estimó Romero.
Pero también se perdió mucho. “El Gobierno, porque se logró ver todas sus debilidades; la Conaie, por la división interna en su cúpula; y el país, por todo lo que significó esta protesta, en particular en Quito, porque nos toca rearmar nuevamente la ciudad”, añadió.
El nuevo decreto sobre subsidios, que es negociado entre el Ejecutivo y la Conaie, significará que el “ahorro no será tan grande como el que se esperaba” dentro de ajustes para tratar de evitar un déficit de unos 5.600 millones de dólares en 2019, señaló el analista económico Alberto Acosta Burneo. Los indígenas son el sector más castigado por la pobreza.
“Ecuador tiene que cumplir los compromisos con el FMI porque nadie le va a prestar si es que quiere seguir gastando y quiere seguir viviendo de la deuda, que fue la estrategia que se aplicó desde 2014”, añadió Acosta Burneo, de la consultora Grupo Spurrier.
Los quiteños recuperan de a poco la normalidad
Ecuador recuperaba ayer de a poco la normalidad tras 12 días de protestas, varias de ellas violentas, que terminaron una vez que el Gobierno y los líderes indígenas llegaron a un acuerdo sobre el decreto que eliminó los subsidios a los combustibles. En la capital ecuatoriana, el servicio de transporte urbano se sumó al metropolitano que en los últimos días funcionó con algunos problemas, aunque el fin de semana fue casi nulo. De su lado, el servicio de taxis se desarrollaba con normalidad en la capital que ayer volvía a presentar tiendas abiertas, así como panaderías, entre otros locales, y el usual movimiento de la ciudadanía que se desplazaba a sus lugares de trabajo. Las autoridades evalúan los daños que dejaron las protestas.