Gas, agua o luz, un lujo para muchas familias en España

Vivir casi a oscuras, prescindir de calefacción o ducharse una vez por semana son algunas de las estrategias que deben utilizar Pedro o Mohamed para poder pagar sus facturas, víctimas como millones en España de la pobreza energética.

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Hace años que las asociaciones de beneficiencia alertan sobre esta situación pero hasta la última semana no saltó al primer plano político, cuando, una anciana con la luz cortada falleció en un incendio provocado por una vela.

“Qué barbaridad que haya gente que tenga que morir en España por pobreza energética”, criticó el líder de la izquierda radical de Podemos, Pablo Iglesias, en la primera sesión de control en el Congreso al nuevo Gobierno conservador de Mariano Rajoy.

“Le exigimos que decrete una tregua invernal de manera inmediata” a los cortes de suministro, reclamó la diputada socialista Pilar Lucio, una medida con apoyo mayoritario en el Congreso e incluida en una directiva europea de 2009.

Pedro Martínez hace tiempo que sufre esta situación. Desempleado desde 2013, cuando la empresa de muebles donde trabajó durante décadas cerró, sobrevive con una pensión mínima de 426 euros y lo poco que queda de la indemnización del despido.

Divorciado de 48 años, vive con su hijo de 20 años y su hija de 23 con deficiencia intelectual en un barrio obrero de Barcelona sin calefacción y utilizando la luz solo cuando es indispensable.

“En invierno es duro. Solo tenemos una estufa eléctrica, que encendemos muy poco por miedo al recibo”, dice. “El frío cala. Vamos con abrigos y por la noche nos ponemos todas las mantas que tenemos encima y pasamos el frío como podemos”. afp

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