17 ene. 2025

Ganaderos reclaman que las crisis absorban también las industrias

Los productores de bovinos de exportación sienten que sufren injustamente todo el impacto negativo de las situaciones adversas, cuando debería distribuirse en toda la cadena de la carne.

Para los empresarios que invierten en la ganadería, el éxito de las exportaciones de carne benefició solo a la industria, mientras que el sector primario arrastra años malos como efecto de la sequía, la pandemia del Covid-19 y de la inestabilidad del mercado internacional. Al respecto piden trabajar en conjunto y que tanto las rentas como las crisis se distribuyan entre todos los actores de la cadena de la carne.

El presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, destacó los grandes avances en la producción pecuaria desde la década de 1990, tanto en la cantidad como en la calidad del rebaño, mediante la alianza entre el sector público y privado, pero insistió en que persisten algunas debilidades que urgen tratarse en coalición con todos los integrantes que dependen del sector y que forman parte de la Mesa Interinstitucional de la Cadena de Valor de la Carne.

“El que soporta siempre el peso de las crisis es el productor y eso debería ser más bien compartido a lo largo de la cadena de valor de la carne, por eso es importante trabajar en conjunto”, reclamó el dirigente durante el lanzamiento del primer periodo de vacunación contra la fiebre aftosa que se realizó en la cabaña La Tranquera.

Se refirió a las exportaciones de carne del 2022, que a pesar de algunas fluctuaciones en el año, acumularon un volumen de más de 333.000 toneladas y un ingreso de USD 1.722 millones que significaron incrementos de 2,14% y 7,72% respecto al año anterior.

El negocio de los socios de la ARP está en la venta de los animales a los frigoríficos y la queja está en los precios que reciben, pues consideran que no hay una distribución justa con relación a la ganancia que tienen las industrias por los cortes cárnicos, aun en temporadas de crisis cuando se juntaron los efectos de la sequía, la inestabilidad del comercio internacional y la pandemia.

Mercados. El gremio reiteró que el próximo Gobierno debe trabajar en una política internacional que permita abrir el mercado chino. Sobre el tema, Galli expresó su preocupación debido a que los diferentes candidatos presidenciales no demostraron interés en este anhelado destino para el sector de la carne. Sobre todo lamentó el débil argumento político.

El titular del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal, José Carlos Martin, coincidió en la necesidad de abrir otros mercados. Considera obligatorio estar en el Sudeste Asiático, teniendo en cuenta la alta dependencia que tiene Paraguay hacia Chile y que las compras por parte de Rusia no tendrán un repunte importante.


Arrancó vacunación antiaftosa
La vacunación contra la fiebre aftosa empezó ayer con la firme convicción de los ganaderos de seguir con el mismo estatus sanitario y de no apurarse con el plan de abandonar las dosis. Se prevé la inmunización de alrededor de 13.300.000 animales en el primer periodo.
Las aplicaciones se realizarán hasta el 3 de marzo. Por primera vez se trabajará en cuadrillas en todo el país a fin de llegar a todos los pequeños establecimientos. El titular de la Fundación Servicios de Salud Animal, Daniel Prieto, explicó que las dosis cuestan entre G. 2.200 y G. 2.900 cada una, mientras que el certificado subió a G. 4.000 por animal. La mitad de los productos son nacionales. Acerca del plan del Senacsa, de usar por última vez las vacunas en el 2025, el ganadero Manuel Cardozo dijo que no se cierra al planteamiento en sí, pero considera que aún se debe observar la experiencia de Brasil antes de adoptar la misma medida. Durante las vacunaciones también se aplicarán dosis contra la brucelosis a terneras de entre 3 y 8 meses. La enfermedad puede causar una merma de entre 15% y 25% en la producción, pero además su control es una exigencia de varios mercados y puede haber un impacto comercial.