El proyecto ya tenía media sanción de la Cámara Baja, donde la diputada Kattya González informó que la Comisión de Cuentas y Control dictaminó en contra de la propuesta, argumentando que la presidenta de dicha institución, Patricia Samudio, no pudo justificar el pedido convenientemente.
Es más, en el Senado, Stephan Rasmussen, del Partido Patria Querida (PPQ), indicó que Samudio informó que la entidad a su cargo solamente necesitaba G. 7.000 millones.
Sin embargo, un defensor de la propuesta fue el colorado oficialista Silvio Ovelar, presidente de la Comisión de Hacienda, quien en un principio solicitó la aprobación con modificaciones (por G. 14.000 millones), pero luego apostó por el proyecto original.
Ovelar detalló que se incrementan los objetos de gastos 132 (remuneraciones extraordinarias), 125 (remuneración adicional), 131 (subsidio familiar), 133 (bonificaciones y gratificaciones), 134 (aporte jubilatorio del empleador), 137 (gratificaciones por servicios especiales), 144 (jornales), 145 (honorarios profesionales), y 199 (otros gastos de personal).
Por su parte, el liberal Amado Florentín cuestionó la modificación y la calificó como una ampliación, mientras que su colega Desirée Masi, del Partido Democrático Progresista, dijo que estaba en contra de los gastos rígidos. Señaló que un informe técnico de Hacienda se oponía a la modificación presupuestaria.