EFE, AFP y REUTERS
BRASILIA - BRASIL
El presidente de Brasil, Michel Temer, fue acusado ayer ante el Supremo Tribunal Federal (STF) de obstrucción a la justicia y crimen organizado, informó la oficina del fiscal Rodrigo Janot en su sitio web.
La Cámara de Diputados tendrá que decidir ahora si el mandatario puede o no ser sometido a juicio por el STF, el único tribunal con autoridad para procesar a un mandatario en funciones. La acusación está vinculada al acuerdo de delación compensada que sellaron altos ejecutivos de JBS, la mayor procesadora mundial de carne. Ellos señalaron que Temer aceptó sobornos a cambio de favores políticos y conspiró para silenciar testimonios que podrían comprometerlo. Temer rechazó repetidamente estas acusaciones.
El mes pasado la Cámara de Diputados rechazó una anterior denuncia del fiscal general contra Temer que señalaba que había aceptado sobornos de ejecutivos de JBS.
REVISAN CASA DE MINISTRO. Un allanamiento realizado ayer por la policía en la casa del ministro de Agricultura de Brasil, Blairo Maggi, enredó aún más al Gobierno de Michel Temer, quien se enfrenta al riesgo de ser objeto de un proceso por corrupción.
Aunque la operación policial realizada en la residencia de Maggi en Brasilia no se relaciona con ninguna de las investigaciones que implican directamente a Temer, el asunto sí afecta la imagen del Gobierno y del propio presidente, que tiene en su gabinete a diez ministros sospechosos de incurrir en prácticas corruptas.
El allanamiento ocurrió en momentos en que la Fiscalía analiza la posibilidad de formular una nueva denuncia contra Temer, después de que una primera acusación por corrupción fue rechazada por la Cámara Baja, que según la Constitución debe avalar el inicio de un juicio penal contra un mandatario en pleno ejercicio del poder.
Metalúrgicos protestan contra reforma laboral
Los sindicatos metalúrgicos brasileños protestaron ayer en diversas ciudades de Brasil contra la reforma laboral impulsada por el Ejecutivo del presidente Michel Temer y ya aprobada por el Congreso. Entre 200 y 300 personas se concentraron en el centro de São Paulo para expresar su rechazo a la flexibilización de las leyes laborales y defender sus derechos. Los metalúrgicos convocaron un “Día Nacional de Lucha” contra las reformas de corte liberal propuestas por Temer, pero las protestas tuvieron poca adhesión en todo el país, incluida São Paulo, donde los sindicatos suelen movilizar a un mayor número de personas.