Aunque la UEFA lo confirmaría hoy, está todo previsto para que la final de la Liga de Campeones entre Chelsea y Manchester City, prevista para el sábado 29 de mayo, se traslade de Estambul, Turquía, al Estadio Do Dragao, en Oporto, Portugal.
Esto a raíz de que la primera opción, Gran Bretaña, incluyó a Turquía en su “lista roja” de procedencias sospechosas con respecto al Covid-19, por lo que la cuarentena de diez días en un hotel que exigen las islas hubiera sido un problema logístico importante.
El gobierno británico puso, a su vez, en su “lista verde” Portugal, con efecto desde el 17 de mayo. La fecha permitiría a todo el grueso de la organización y los planteles llegar a tiempo. Es lo que en el caso de Londres no pasaba, por lo que el gran promotor de la sede londinense, el primer ministro Boris Johnson, se quedó sin final inglesa en Inglaterra.