“Así inició nuestro día en parroquia Santa Lucía, Ciudad Darío”, informó la parroquia sitiada en un mensaje público, en el que mostró fotos de la Policía nicaragüense en los alrededores del templo, que no pudo abrir sus puertas.
Con la Santa Lucía suman al menos 4 las parroquias de la Diócesis de Matagalpa (norte) que han denunciado algún tipo de restricciones desde que el pasado 4 de agosto el obispo de dicha jurisdicción, Rolando Álvarez, fue retenido en el Palacio Episcopal por la Policía de Nicaragua, que lo acusa de supuestamente intentar organizar “grupos violentos”.
Por la mañana el presbítero Sebastián López salió al atrio de la parroquia Santa Lucía, y desde ahí ofició la misa a los fieles, quienes se encontraban en la calle, separados por el portón de la sede eclesiástica.
Los católicos recibieron la hostia estirando sus dedos a través de la malla que rodea el templo, bajo la vigilancia policial.
En la homilía, López pidió a Dios fortaleza, esperanza, y paz interior, además, “que Él sea también la solución de nuestra nación, y que el rey de reyes pueda dar un buen desarrollo a nuestras vidas y nuestra estabilidad humana”.
Al finalizar la misa, los católicos permanecieron frente al templo, gritando consignas de apoyo a unas siete personas que se mantienen retenidas, incluyendo al sacerdote Vicente Martínez.
“¡No está solo, el pueblo está aquí con usted! ¡Viva la Iglesia! ¡Cristo rey, viva! ¡Todos nos quitarán, menos nuestra fe! ¡Cristo está: Vivo, vivo, vivo!”, gritaron.
De manera simultánea la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, también de Ciudad Darío, denunció que desde el lunes sufre “asedio y persecución” de la Policía Nacional.
El domingo, la Diócesis de Siuna denunció la captura y desaparición del padre Oscar Benavidez, de la parroquia Espíritu Santo, en manos de la Policía. Las retenciones y restricciones de la Iglesia católica en Nicaragua son el más reciente capítulo de una serie de desencuentros que lleva 43 años, entre esta religión cristiana y Ortega, quien es el jefe supremo de la Policía nicaragüense. En 2022 el Gobierno de Ortega ha detenido a 3 sacerdotes, cancelado 8 radioemisoras y 3 canales católicos, ingresó por la fuerza y allanó a una parroquia, y expulsó de las misioneras de Madre Teresa de Calcuta.