Felipe VI de España ha renunciado a la herencia que personalmente le pudiera corresponder de su padre, Juan Carlos I, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen pueda no estar en consonancia con la legalidad o con criterios de rectitud.
La Casa Real española difundió el domingo pasado un comunicado con tal decisión tras informaciones de prensa publicadas este fin de semana en las que se asegura que Felipe VI es beneficiario de una sociedad “offshore” creada por el rey Juan Carlos vinculada a una supuesta donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí. Este hecho está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción.
Además, el rey Juan Carlos, retirado de la actividad oficial desde junio pasado, deja de percibir a partir de ahora la asignación que tenía fijada presupuestariamente.
El comunicado recuerda las palabras de Felipe VI en su discurso de proclamación del pasado 19 de junio de 2014, tras la abdicación de su padre. Entonces dijo ante el Parlamento que la Corona debe velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social.
Con esta decisión sin precedentes, Felipe VI se desvincula de cualquier negocio que pudiera tener su padre en el extranjero.
EFE