19 abr. 2024

Falta de obras sanitarias impacta contra la salud y los cauces del país

Solo 4% de las aguas residuales que se tiran a arroyos o ríos son tratadas. La inversión en obras de saneamiento para provisión y tratamiento debe ser prioridad para estos años, según experto.

Agua que no has de beber. A nivel nacional, la cobertura de tratamiento de aguas residuales, antes de ser arrojadas a arroyos o ríos, es apenas del 4%. En tanto que la cobertura de alcantarillado sanitario con redes cloacales es solo del 14%, según el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan).

El tratamiento de residuos líquidos comprende aspectos como la recolección, que es el alcantarillado y luego el tratamiento en sí, explica el ingeniero Roger Monte Domecq, especialista en hidrología.

En el resto y gran parte del territorio, donde no existen estas infraestructuras, los desechos son vertidos en los cauces de manera directa. Sumados a los miles de residuos sólidos, que también son arrojados a los cursos hídricos, contribuyen con la degradación de los caudales y terminan siendo no aptos tanto para el consumo como para la recreación.

“Hay un ciclo del agua que se ve amenazado por la falta de obras de saneamiento”.

El desagüe pluvial, el alcantarillado, la planta de tratamiento y el abastecimiento en cantidad y calidad de agua son elementos fundamentales –explica– que se tienen que dar para una gestión integral del agua urbana. Para que se devuelva a la naturaleza el caudal con algún tipo de tratamiento ya que es esta la fuente de captación utilizada nuevamente para el consumo.

“Asunción y área metropolitana tiene un gran déficit en tratamiento de aguas residuales, todas las descargas en el río Paraguay se hacen sin tratamiento. La alta contaminación y degradación de los ríos y arroyos luego tiene un impacto en la salud pública, genera enfermedades relacionadas al tema hídrico”, indica Monte Domecq.

CONSUMO. El abastecimiento regular de agua potable es también otro inconveniente, menciona el ingeniero. “De los 454.000 m³ por día que extrae la Essap del río Paraguay, para tratar y enviar a la ciudad, la mitad se pierde. Entonces esa agua denominada no contabilizada, del 50%, hace que el servicio público de abastecimiento sea ineficiente”.

En aquellas ciudades de central donde no existe recolección cloacal, los efluentes son depositados en pozos ciegos. Estos desechos –resalta el experto– van al subsuelo y contaminan a las napas freáticas alterando la calidad del Acuífero Patiño. Este reservorio de agua dulce finalmente es fuente de abastecimiento para juntas de saneamientos, aguaterías privadas e industrias.

“También la Essap tiene unos 20 pozos profundos que le ayudan a lidiar con la pérdida de agua no contabilizada. Entonces al no hacer la recolección cloacal también contaminamos la fuente de agua subterránea”.

Cuestionó que la obra en ejecución para planta en Bella Vista, zona de Costanera Norte, sea solo para un tratamiento preliminar cuando el río ya tiene dicha capacidad de autodepuración. “En esta área ya se necesita una planta para tratamiento más riguroso”.

Otras obras públicas de saneamiento, tras largos años de reclamo están en proceso de Varadero, Asunción, San Lorenzo y Fernando de la Mora.

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