La falta de lluvia en la región genera preocupación en referentes de la producción de energía eléctrica y agrícola del Alto Paraná. Mientras tanto, algunos vecinos aprovechan la situación para limpiar el cauce de viejos troncos que son utilizados para la producción de muebles rústicos en la zona de los lagos Acaray e Yguazú conformada por dos represas a cargo de la Administración Nacional de Electricidad.
El río Paraná también reveló viejas embarcaciones y hasta restos óseos que guardaba bajo agua, en todo el trayecto. Mientras que la bajante en el río Yguazú disminuyó el espectáculo que ofrece al caer en las cataratas del Yguazú, ubicadas entre Brasil y Argentina. El Yguazú desemboca en el Paraná y con la sequía también reduce su aporte para la navegación. “La sequía es importante, hay poca afluencia de agua y, por supuesto, afecta a la generación de energía eléctrica. No obstante, la administración de la energía dentro de la ANDE depende de la contratación que tiene con la Itaipú. El tiempo fresco ayuda, porque nos da la posibilidad de no consumir agua en el Acaray”, explicó el ingeniero Félix Barrios, director de la usina de la Central Hidroeléctrica del Acaray.
El embalse de la central hidroeléctrica reserva el agua del río para tiempos como estos, en los que si existe la necesidad de hacer trabajar todas las máquinas, se podría hacer sin inconvenientes. Por el momento, trabajan solo en las horas pico para cubrir la energía que está faltando, de acuerdo con la explicación del ingeniero. Para el efecto, también se había construido la represa del Yguazú. “La sequía, si continúa por más tiempo, comprometería bastante nuestro embalse. Nos llevaría mucho tiempo recuperar eso. Es preocupante la desaceleración de los afluentes, en mi historia no recuerdo haber tenido una afluencia tan baja”, agregó.
PÉRDIDAS. En el sector agrícola ya se registran pérdidas de entre 30% y 50% de la producción en la región del Alto Paraná, en maíz y soja zafriña, respectivamente. La falta de navegabilidad del río Paraná mantiene varadas 70.000 toneladas de soja solamente entre este departamento e Itapúa, conforme a la conclusión a la que arribaron representantes de la Coordinadora Agrícola del Paraguay, en una reunión virtual realizada este último fin de semana.
“El impacto es muy fuerte en la producción agrícola extensiva. Se registra una pérdida del 50% de la soja zafriña que se cultiva en esta época para semillas y 30% para los cultivos de maíz. Si no llueve también va a afectar al cultivo de trigo. Tanto el maíz como el trigo se utilizan para la alimentación humana y la producción de raciones para animales”, explicó el ingeniero Rubén Sanabria, dirigente del CAP.
Las bajadas del nivel de agua en los ríos Paraná y Paraguay hacen que las barcazas no lleven las cargas.