Interior

Factores globales y locales inciden en el desecamiento del Pilcomayo

Los pobladores ribereños, muchos de ellos, son pequeños productores. Otros, como varias comunidades indígenas, viven de la pesca. Ambos tienen la mirada al río, puesto que les da vida.

De acuerdo con testimonios de pobladores de la zona de la ribera del Pilcomayo, no recuerdan haber vivido un fenómeno natural tan cruel, que ponga en zozobra a toda la comunidad ecológica.

Por suerte, esta última lluvia registrada ha permitido un pequeño remanente de líquido que, según Alberto Jaimes, de Pozo Hondo, podría durar unos 15 días, del cual deben beber animales y humanos.

El mismo señaló a este medio que no recuerda en sus 50 años de vida haber vivido una experiencia de sequía tan extrema y desecamiento del río Pilcomayo.

Recuerda que hubo periodos de sequía, pero no como la actual, y que, en esos periodos secos, su gente y pobladores de otras comunidades suelen migrar con sus animales en busca de lugares húmedos y con pastos.

La realidad de hoy es que esa migración ya no es posible a raíz de que se encuentran con terratenientes cercando todo el perímetro, a lo que deben ceñirse a un reducido espacio físico.

Los pobladores ribereños, muchos de ellos, son pequeños productores. Otros, como varias comunidades indígenas, viven de la pesca. Ambos tienen la mirada en el río, puesto que les da vida.

El río también da vida a cientos de animales silvestres. Y, con la desaparición del río, todo ese medio natural va desapareciendo.

UNA AMENAZA. La forma de vida de los pobladores también está en peligro de desaparecer. La cultura y los medios con los cuales hacen el diario de sus vidas están a un paso de aculturarse, es decir, no quedará otra alternativa a esos pueblos ribereños que migrar a las ciudades con todas las consecuencias que eso trae aparejado.

Al respecto, el coordinador del sistema de alerta temprana del Pilcomayo, Luis María de La Cruz, señaló a este medio que factores locales y globales, en el marco del cambio climático, han incidido para darse esta situación del Pilcomayo.

Dice que estamos pasando por tres años seguidos de periodo de La Niña, generando una sequía generalizada y, consecuentemente, produciéndose grandes quemazones en la región, que, a su vez, imposibilitan la formación de nubes. También, en la región se dan grandes deforestaciones para dar paso a un modelo productivo no sustentable. Al haber menos bosques, hay menos retención de agua, refirió.

Según él, ante la situación presentada, y que podría darse en forma más constante en los siguientes años, los ribereños deben desarrollar estrategias de adaptación y mitigación buscando alternativas de sobrevivencia.

De refugiarse en las ciudades, perderían todo un modo de vida, por lo que sugiere una urgente intervención del Estado con política pública clara y concisa.

Y de lo que sucede con el caudal del río Pilcomayo, no puede señalarse culpable a nadie en particular, sino de todos, lugareños y no lugareños.

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