09 feb. 2025

Explosión natural

De cantera a lugar turístico. Gracias a la movilización de los vecinos, el cerro Ñemby se salvó de la depredación y hoy es un punto de encuentro con la naturaleza, que beneficia a la población de los alrededores de Asunción y de más allá también.

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El cerro Ñemby está ubicado en el Departamento Central.

Foto: Archivo ÚH.

Por: Carlos Darío Torres

Fotos: Fernando Franceschelli

Las explosiones no solo aturden a los vecinos. También les recuerda que el cerro, de a poco, se va convirtiendo en una pequeña colina. Cada detonación mutila una parte de su estructura y solo es cuestión de tiempo para que desaparezca y en su lugar solamente quede un hoyo estéril como el recuerdo de lo que alguna fue el punto más alto y el orgullo de Ñemby.

Como ocurrió con el cerro Tacumbú –donde la extracción de basalto lo redujo a una loma con un cráter y un lago en cuya orilla malviven familias de ciudadanos marginados–, el de Ñemby iba en camino a convertirse en otro sitio maravilloso reducido a nada por la explotación depredadora de la ambición empresarial.

Pero, afortunadamente, la movilización de la ciudadanía ñembyense consiguió sensibilizar a las autoridades comunales (junta y ejecutivo) y nacionales, y la destrucción del cerro se detuvo. En la actualidad es un foco turístico que atrae a visitantes de Asunción y alrededores; y sujeto de un plan de adecuación y reconversión que pretende revitalizarlo como destino para turistas.

Piedra por piedra

El cerro Ñemby forma parte de la cadena Ybytypanemá, a la que también pertenecen otras elevaciones que rodean a Asunción, como el mencionado Tacumbú, el Lambaré, el Kõi, el Yaguarón, el Patiño, entre los más importantes.

La explotación de la cantera de Ñemby empezó en 1963, informa Carlos González, asesor del intendente de la Municipalidad local, Lucas Lanzoni. Por más de 50 años, la extracción de piedra basáltica estuvo a cargo de empresas privadas.

La lucha de los vecinos por la recuperación del cerro para la propiedad pública llevó casi tanto tiempo como su permanencia en manos privadas, pero en los últimos años las movilizaciones fueron más visibles y acompañadas por el resto de la ciudadanía, hasta que el decreto presidencial n.º 7409, transfirió la propiedad de manera gratuita a la Municipalidad de Ñemby.

Según González, el pleito con la firma Concret Mix SA no se ha acabado, pues la empresa accionó contra el decreto presidencial y demandó al Estado ante la Corte Suprema de Justicia. La entidad privada reclama que tiene derecho a seguir explotando la cantera hasta 2023. No obstante, la Comuna de Ñemby ya se hizo cargo del cuidado y de los primeros trabajos de acondicionamiento del cerro para recibir a los visitantes.

Pero después de más de medio siglo de despojar al cerro de su componente principal, la reducción de su volumen es notoria. ¿Cuánto de su estructura inicial perdió la elevación en este tiempo? “Es difícil hacer una estimación, algunos hablan de un 80%, pero hasta que no se haga una medición, no podremos saberlo con exactitud”, explica González.

La Municipalidad contrató los servicios de expertos en mediciones para mensurar el antiguo tamaño de la elevación, mediante el uso de una técnica basada en láser. Con un helicóptero se hicieron las primeras mediciones, que serán analizadas para determinar cuánto del cerro se perdió debido a su explotación como cantera.

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Lugar de paseo

El cerro es actualmente un destino para quienes desean conocer un lugar diferente, único en sus características y a relativamente poca distancia de la capital (poco más de 20 kilómetros). El acceso a la propiedad es libre y gratuito, y desde que el predio se encuentra a cargo de la Comuna local se ha instalado cartelería, y un contingente de seguridad privada permanece en el lugar para tareas de vigilancia y guía.

Unos 20 efectivos –que los sábados, domingos y feriados suelen llegar a 25– son los que están afectados a la seguridad. No portan armas y cuentan con tres motocarros, con los que recorren el predio, alertando a los visitantes sobre los eventuales peligros.

No se permite el ingreso de armas de fuego ni de elementos sonoros, y también está restringido el acceso de vehículos particulares a la propiedad. Los visitantes no pueden meterse a la laguna ni asomarse a ella desde los lugares más altos. Asimismo, todavía existe el riesgo de algún desprendimiento de rocas.

Llevar bebidas y comidas no está prohibido, lo que suele generar un problema que tiene que ver con la poca cultura cívica de muchos paraguayos. En los senderos que llevan a la cima –o cimas, porque el cerro original hoy está partido en dos peñascos– abundan los restos de botellas de plástico y bandejas desechables.

Si algún visitante hace caso omiso a las recomendaciones de los vigilantes, el infractor es invitado a abandonar la propiedad. Si se resiste, los guardias tienen contacto directo con la Policía Nacional, cuyo personal puede acudir en poco tiempo.

“Nunca falta algún desubicado que no quiere atender las recomendaciones, entonces le sugerimos que se retire. Hasta ahora no tuvimos casos de personas que se negaran a salir del predio cuando se lo pedimos”, cuenta Ramón Irala, jefe de Seguridad y Aseo Urbano de la Municipalidad de Ñemby.

Los efectivos de seguridad también cuentan con botiquines de primeros auxilios y hay además personas entrenadas para atender eventuales accidentes. Asimismo, los vigilantes pueden llamar a los bomberos o a una ambulancia para atender casos más graves y evacuar al afectado.

¿Cuáles son los riesgos que se deben evitar al visitar el sitio? Como se dijo, no meterse al agua y mucho menos realizar clavados, porque en el lecho todavía quedan piedras. Además, la laguna está llena de cianobacterias, condición fácilmente detectable porque su presencia le da al agua un color verde claro.

El peligro de desprendimiento de rocas también está latente, admite Carlos González, pero enseguida aclara: “no somos tan irresponsables como para permitir el ingreso de la gente y exponerla al peligro de un accidente; para eso tenemos la presencia de los guardias, para que controlen a los visitantes y les expliquen cuáles son los lugares donde no pueden permanecer”.

Un rumor extendido es que en el cerro y en la laguna podrían haber quedado explosivos sin detonar, eventualidad que González niega enfáticamente. El funcionario asegura que técnicos de la FOPE y expertos en el área revisaron el sitio en busca de artefactos sin explotar y no encontraron ninguno.

Queda también por determinar si las incontables explosiones realizadas a lo largo de más de medio siglo pudieron haber afectado a la estructura interna del cerro. Sobre este aspecto, González afirma que está prevista la contratación de especialistas para efectuar un análisis que determine la existencia o no de fisuras o grietas que puedan generar colapsos estructurales y desprendimientos de peñascos.

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Convocante

Pero si obviamos estos problemas –algunos eventuales aunque potencialmente graves– y confiamos en las medidas de precaución diseñadas por las autoridades, un paseo por el cerro Ñemby es una experiencia recomendable.

Subir por los senderos abiertos en medio del bosquecillo que rodea la elevación es una tarea que requiere cierto esfuerzo, y si bien uno puede cansarse al llegar a la parte superior, el ejercicio no llega a ser extenuante. Además, la sensación de estar en contacto con la naturaleza es plena y no es raro cruzarse con varios ejemplares de lagartos y lagartijas en medio de un concierto de cantos de aves.

Una vez en la cima, el espectáculo puede maravillar al turista más exigente. La vista de los alrededores de Ñemby es muy atractiva, como también lo es el panorama de la cantera con la laguna en medio de la pared de piedra y el terreno plano que quedó en la hendidura que dejó la explotación.

¿Alguna recomendación adicional? Sí. En esta época es preferible visitar el sitio en horas en las que el sol no esté pegando con fuerza, especialmente al mediodía. Es mejor acudir con abundante provisión de agua y cubrirse la cabeza con un gorro, sombrero o paño, porque en ciertos sectores no hay sombra.

Los planes de la Municipalidad para el desarrollo del cerro como destino turístico prevén, en primer lugar, la contratación de una empresa extranjera (porque en el Paraguay no existe una firma de esta naturaleza) experta en cierres de canteras, para finiquitar la clausura de la zona de explotación, que debe hacerse según parámetros y exigencias internacionales.

También está previsto realizar construcciones para albergar la provisión de servicios y –el proyecto más ambicioso– la instalación de un teleférico que traslade a los visitantes hasta la cima. Como en el país tampoco existen experiencias de este tipo, el intendente Lanzoni decidió visitar otros países, como Bolivia, para asesorarse.

González cuenta que la Comuna estima que los proyectos requerirán una inversión cercana al millón de dólares. Los recursos provendrán de los royalties que el Paraguay recibe de las hidroeléctricas, destinados a infraestructura. Según el asesor, existe el compromiso oficial de que este pedido será atendido favorablemente.

Todavía no hay plazos definidos para cumplir cada fase del proyecto, pero esto no significa que su realización esté en duda, ya que las gestiones se encuentran bien encaminadas y con pronóstico favorable, de acuerdo a lo manifestado por González.

Las acciones ciudadanas que culminaron con la recuperación del cerro Ñemby para el Municipio fueron una “epopeya moderna”, según el funcionario. Sin dudas, la fuerza de la comunidad consiguió revertir una situación con destino marcado, la desaparición del orgullo de la ciudad, y recuperar el coloso de piedra para todos los paraguayos. La belleza está a salvo.

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Para conocerte mejor
El cerro Ñemby mide 206 metros de altura sobre el nivel del mar, con la característica de que hacia el norte tiene mayor altitud. Surge en un pequeño valle formado por dos lomas de areniscas coloradas, entre las cuales fluye el arroyo Ñemby. Estuvo cubierto por un tupido bosque hasta finales de 1962.
Fuente: geologiadelparaguay.com.py
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Los buscadores
Desde 1963, una compañía argentina se dedicó a la extracción de la piedra de Ñemby para la pavimentación de la ruta 11 del país vecino. Más adelante, la empresa Concret Mix SA se encargó de la explotación hasta mayo de 2016. El basalto se usó para pavimentar diversos caminos en todo el país y la mayoría de las construcciones del departamento Central.

Fuente: geologiadelparaguay.com.py