Hace 7 meses que salió en libertad; dice haber dejado atrás su pasado como delincuente y sostiene que hoy es una nueva persona.
Una de sus actividades, tras quedar libre, son las charlas a convictos, a quienes relata su larga experiencia en el mundo de la delincuencia y cómo logró salir de ese lugar.
“Conocí casi todas las cárceles del país; entré como estafador, pero en la cárcel me perfeccioné, me convertí en asaltante, en robacoches. También fui cabecilla de los extorsionadores en Tacumbú. Se puede decir que todas las cárceles, en especial la de Tacumbú, son la universidad nacional del delito”, explica Berino. Por estos delitos estuvo recluido en cárceles de Ciudad del Este, Concepción, Villarrica, Encarnación, Emboscada, Coronel Oviedo, Tacumbú, La Esperanza y en la Agrupación Especializada.
30 años delincuente. Luego de 30 años de recorrer los caminos de la delincuencia, pasando, según él mismo dice, el 90% de su vida encerrado en alguna cárcel, Amado Berino decidió cambiar de rumbo. “Puedo decir que un día se me prendió la lamparita gracias al programa Cirugía de la mente. Las lecturas me hicieron entender que perdí mi tiempo. Hice mi cálculo y me di cuenta que en 30 años no gané nada. La delincuencia es ficticia. Ahora soy un hombre diferente, solo quiero trabajar y demostrarle a la sociedad que se puede cambiar”, asegura, agregando que no le desea a nadie el paso por los lugares de encierro que tiene nuestro país. “Es mucho mejor un pequeño bocado de pan en tu casa que un asado en la cárcel”, grafica.
Amado Berino trabaja actualmente en su propio negocio: vende termos forrados, hechos por sus ex compañeros de la cárcel de Tacumbú, y con eso se gana la vida de forma honesta. “Estoy muy agradecido con las más de 40 empresas que me abrieron las puertas para vender mis productos, a pesar de que soy un ex convicto; sabiendo ellos que puedo ver sus movimientos, confían en mí y esa confianza no pienso defraudar. Ya aprendí la lección”, concluyó.