16 jun. 2025

“ESTIMADA VIRGENCITA AZUL DE CAACUPÉ...

Mi prisma

Sábado|29|NOVIEMBRE|2008- aalegre@uhora.com.py

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... Antes que nada, te pido disculpas porque este año no voy a poder subir, una vez más, la loma que lleva a tu altar.

Sé que otros miles irán movidos por la fe o la tradición o por una mezcla de ellas o por ninguna de ellas. Tú sabrás diferenciar. Te ruego, entonces, que guíe sus caminos, sobre todo el de los que pretenden desviarse hacia alguno de los tentadores arroyos de tu villa, buscando honrar de una forma desesperadamente terrenal tu memoria. Sé que no todas tienen la suerte tuya de recibir la visita del Espíritu Santo, otras de tus hijas deben conformarse con la de cualquier hijo de vecino. Así que ilumínalos con tu prudencia.

Espero también que des suficientes ganancias a los que esperan todo el año tu festividad para llevar un poco de pan a sus hogares, vendiendo chipa o cualquier pequeño recuerdo. Aunque, lastimosamente, no sé si coincidirás conmigo, algunos importantes empresarios de la zona, muchos de los cuales incumplen tu premisa de no explotar al menesteroso, son los que se llevan la parte del león.

Algunos feligreses irán a expiar sus culpas ante tu presencia, Madre mía. Comparto contigo el deseo de que este acto de contrición sea sincero y que la paz que emana del perdón alcance también a los que viven con el penitente o, en el peor de los casos, lo sufren el resto del año. Que tu gracia le dure un buen rato.

Muchos sufridos creyentes llegarán hasta Ti pidiendo sanación física. Dales salud o, en caso contrario, la entereza y la humildad para convivir con su dolencia. Si esto te resulta insuficiente, otorga sabiduría a los médicos para que encuentren una cura a su enfermedad o alivien su dolor.

Madre mía, haz también que muchas de las autoridades que recurren a tu templo no sean blanqueados por tu luz, en el sentido malsano. Sé que, para Ti, todos tus hijos son iguales, pero hay algunos que, amparados en tu nombre, cometen cada acto.

En fin, Virgencita, protege a todos los creyentes de los peligros de la ruta (dengue, tránsito, etcétera) y, antes de que emprendan el viaje, dales la suficiente inteligencia para que sepan que para hacer turismo hay otros lugares. Amén.

Un hijo poco crédulo.”