El dólar estadounidense en el mercado nacional se encuentra actualmente con niveles de referencia menores a los que se habían visto a fines de 2022 e inclusive inicios de 2023. Sin embargo, un aspecto que llama la atención de diferentes actores económicos es que el tipo de cambio en Paraguay todavía se encuentra en posiciones que se pueden considerar elevadas. La cotización del dólar con respecto al guaraní está siendo observada por los diferentes agentes económicos dada una relativa incertidumbre sobre su comportamiento tanto en el corto como en el largo plazo. La cotización actual en torno a 7.100-7.200 guaraníes por dólar presenta una brecha con respecto a las estimaciones realizadas por las autoridades económicas que pronosticaban niveles inferiores al actual. Ante esta situación, es necesario estar alertas por la cantidad de factores exógenos que impactan en esta variable y por las consecuencias que conllevan sus cambios tanto en el sector público como en el privado.
La disminución de la cotización del dólar era previsible por el ingreso de dólares derivados de las operaciones de comercio exterior relacionadas con las exportaciones y el buen desempeño agropecuario. No obstante, se podría haber esperado una mayor reducción, lo que no ocurrió.
Es relevante señalar que el año 2022 fue particularmente atípico, ya que por primera vez en 35 años se registró una diferencia negativa entre exportaciones e importaciones dando lugar a un déficit de la balanza comercial de USD 1.316 millones en cuanto a la balanza comercial.
Esta semana se escucharon voces sobre la demanda de la moneda extranjera por parte de argentinos, lo que generó preocupación en el ámbito económico. No es para menos teniendo en cuenta el tamaño de nuestra economía y su importante vulnerabilidad frente a economías mucho más grandes como la argentina o brasilera.
Tampoco hay que descartar el efecto negativo que pueden tener las medidas del Gobierno norteamericano. La incertidumbre generada puede estar afectando a las expectativas de los agentes económicos y, por esa vía, la fluctuación de algunas variables económicas, entre ellas, la cotización del dólar.
Las condiciones mundiales siguen siendo inestables tanto por factores políticos como la persistencia de la guerra entre Rusia y Ucrania, también por factores económicos y financieros; como, por ejemplo, las decisiones monetarias del Tesoro norteamericano y la continuidad de la crisis financiera iniciada con Silicon Valley Bank, pero que ha tenido efectos en otras jurisdicciones.
Por otro lado, también enfrentamos debilidades institucionales en torno al monitoreo del comportamiento de la variable, a la capacidad de fiscalización y detección de riesgos o conductas económicas inapropiadas y a las posibilidades de mitigar los efectos adversos.
Algunos analistas económicos señalaron la necesidad de estar alertas a la evolución del tipo de cambio y a la necesidad de considerar en las proyecciones la persistencia de un nivel relativamente alto.
En este contexto tan complejo de múltiples variables que actúan solas o de manera consecuente en conjunción con las múltiples crisis nacionales e internacionales, se hace ver la necesidad de cautela, pero sobre todo de fortalecer la capacidad institucional de monitorear y de implementar medidas eficaces y de manera oportuna para generar confianza y previsibilidad a la economía.
El dólar es una variable importante en una economía pequeña y abierta. Las autoridades económicas deben estar alertas y, sobre todo, tomar las medidas necesarias que garanticen la estabilidad y previsibilidad económica.