Estados Unidos conmemoró el sábado el veinte aniversario del atentado contra las Torres Gemelas –además del perpetrado contra el Pentágono y un tercero frustrado en Pensilvania–, que cambiaron la historia contemporánea, llevaron al país a una era de intervencionismo exterior y obligaron a extremar las medidas de seguridad en el mundo entero.
Los actos principales, revestidos de sobriedad, tuvieron lugar en la Zona Cero, donde se ubicaban las Torres Gemelas derribadas por dos aviones en la mañana del 11 de setiembre de 2001 y donde hoy se alza el Museo del 11 de Septiembre.
BIDEN, OBAMA, CLINTON. Allí se presentaron a primera hora de la mañana el presidente Joe Biden –quien no hizo declaraciones–, junto a sus predecesores Barack Obama y Bill Clinton y sus esposas, mientras que el ex mandatario Donald Trump se ausentó y emitió un comunicado donde dedicó más frases a criticar a Biden que a recordar a las víctimas.
Mike Low, padre de una de las azafatas en el primer avión que impactó las Torres Gemelas, fue el que abrió los actos con un breve discurso que pronunció tras el primer momento de silencio, que tuvo lugar a las 8:46, hora en que se produjo la primera colisión en una de las torres.
“Mientras recitamos los nombres de los que perdimos, nuestra memoria vuelve a ese terrible día, cuando sentimos que un espectro malvado había descendido sobre el mundo, pero también fue un momento en el que mucha gente actuó más allá de lo ordinario, empezando por las acciones de los auxiliares de vuelo (...), los pasajeros de los vuelos, las personas en las torres, los bomberos y la policía, y después los voluntarios que trabajaron en los escombros para recuperar los restos de nuestros seres queridos”.
Tras el segundo momento de silencio, el cantautor Bruce Springsteen interpretó frente a los familiares I’ll See You in My Dreams (Te veré en mis sueños).
FAMILIAS. Como en años anteriores, el acto estuvo dedicado a recordar a las casi 3.000 personas que fallecieron en el atentado contra las dos torres, cuyos nombres fueron citados uno por uno –durante tres horas– por parte de varios familiares que aprovecharon para lanzar varios mensajes de recuerdo y cariño, coronados casi todos por un “Dios salve a Estados Unidos”.
Los familiares, muchos de ellos portando una rosa roja o ramos de flores, habían llegado a la zona del homenaje por un acceso especial, mientras que periodistas llegados de todo el mundo cubrían el acto desde una zona separada. A las 09:59, hora local, marcando el instante en el que la primera de las torres se derrumbó, repicaron las campanas tanto en el Museo Nacional del 11S, vecino a la Zona Cero, como en distintas iglesias y puntos de la ciudad.
En los alrededores de la Zona Cero se agolparon muchas personas que no pudieron acceder, con camisetas conmemorativas del 11S o banderas estadounidenses, y que en los primeros momentos también se unieron desde las calles a los momentos de silencio. Sin embargo, la solemnidad pronto se rompió, cuando los ciudadanos que portaban pancartas pidiendo al Gobierno desclasificar información sobre lo sucedido el 11S o adeptos a alguna teoría conspiracionista fueron encarados por “patriotas” que les recriminaron por buscar protagonismo en el día de las víctimas.
“Lo peor de la humanidad”
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg (62), consideró que los ataques del 11 de setiembre representaron “lo peor de la humanidad”, durante una ceremonia en la sede de la alianza, en Bruselas. Allí recordó que “en las 24 horas que siguieron (a los atentados), los aliados de la OTAN invocaron por primera vez el artículo 5”, que prevé el principio de defensa colectiva en caso de que un aliado sea atacado. “Hace veinte años, éramos solidarios. Y hoy, cuando hacemos frente a un mundo más peligroso, Norteamérica y Europa deben seguir siendo solidarios dentro de la OTAN”, añadió el político noruego. AFP