Un registro taponado de la Essap inunda toda la cuadra cada vez que hay precipitaciones intensas.
El problema se agrava porque incluso llega agua servida hasta donde los niños y niñas deben dar clases.
“Para salvaguardar a sus hijos muchos padres deciden regresar y retirarlos temprano si es que llueve, para que no estén entre la cloaca”, lamentó la directora del centro educativo, Cynthia Jara.
Explicó que hace años no tenían este problema, pero volvieron a vivir esta situación con las precipitaciones caídas en las últimas semanas.
“Es realmente algo típico en la escuela y en toda esta zona, por el desagüe de la Essap, que ahora empeoró con esta cloaca”, remarcó.
Se repite. El drama de las escuelas que se inundan se da de manera ininterrumpida cada vez que llueve.
La falta de infraestructura en las ciudades, los registros taponados o la escasa infraestructura escolar son ingredientes de esta problemática, según alegan los educadores.
Datos de sindicatos apuntan a que son afectados de 100 a 200 establecimientos educativos por las tormentas. Los últimos reportes se dieron en la capital y en el Departamento Central, en centros educativos de Ñemby, San Antonio o Limpio.