La ministra británica de Interior, Theresa May, dio a conocer ayer un borrador de ley destinado a atajar un problema que alcanza proporciones alarmantes, pues se estima que más de 2.000 personas pueden ser víctimas del tráfico en el Reino Unido.
El caso que más conmocionó al país fue el de tres mujeres que fueron rescatadas en octubre de una casa en Londres tras permanecer en situación de esclavitud doméstica durante 30 años.
A esto se suman otros casos de personas rescatadas en granjas en Gales, donde vivían en terribles condiciones y eran explotadas.
Según informó May, el texto será sometido a una revisión de las comisiones parlamentarias –tanto de Comunes como de Lores– antes de que sea introducido para su lectura y votación en el Parlamento.
En concreto, el objetivo del Gobierno es incrementar las penas contra los que trafican con personas, desde los actuales 14 años de cárcel a la cadena perpetua, así como establecer la figura de un comisario encargado de asegurar que la ley se cumpla. EFE