Como si no existieran grandes necesidades ciudadanas a las cuales responder, como si la mayoría de las calles de la ciudad no se encontrasen llenas de baches y de pozos, con la basura acumulándose en las veredas y en las esquinas, entre otros graves problemas del ámbito comunal que no se solucionan, la mayoría de los concejales de la Junta Municipal de Asunción ha decidido –durante la sesión del miércoles– aprobar un pedido de ampliación y reprogramación presupuestaria hecha por el intendente Mario Ferreiro por un total de G. 25.239.335.458, monto del cual utilizarán 1.270 millones de guaraníes en mejoras edilicias y equipamientos de su edificio y G. 812.866.808 para equiparar salarios.
La reacción indignada de varios sectores de la ciudadanía ante esta situación es comprensible. Poner como prioridad gastar en arreglos del local de la Junta Municipal, pinturas, construcción de más espacios, una oficina de guardia y equipos de comunicaciones para transmitir las sesiones e implementar el voto electrónico, suena a poner en primer lugar la comodidad de los ediles que preocuparse por atender los muchos reclamos de los ciudadanos.
El tema que resulta más bochornoso, sin embargo, es el de destinar un monto millonario de los recursos para la equiparación salarial de funcionarios de la Junta, lo cual en la práctica es conceder aumentos de sueldos, aunque se insista en llamarlo de otro modo. Sobre todo, cuando es de público conocimiento que existe una escandalosa superpoblación de empleados en el legislativo municipal, con 1.087 funcionarios que figuran en nómina para respaldar la función de solamente 24 concejales, y que ya se llevan gran parte del dinero de los contribuyentes, impidiendo que se puedan destinar a reparar las calles o recoger con más eficiencia la basura, entre otras sentidas necesidades de la población. Y más aún, cuando se sabe que con la mitad de esos trabajadores, el cuerpo legislativo podría funcionar perfectamente, como lo han reconocido algunos expertos en recursos humanos.
En total, la Municipalidad de Asunción tiene 8.298 trabajadores, de los cuales 1.087 dependen de la Junta Municipal; es decir, en la Comuna hay 1 funcionario por cada 63 habitantes de la capital del país. Lo lamentable es que muchos han sido contratados no porque sean necesarios, sino para pagar favores políticos contraídos en épocas de elecciones, siguiendo una práctica puramente clientelista o prebendaria. Muchos son planilleros, no asisten a cumplir funciones o si es que lo hacen están durante algunas horas hacinados en pequeñas oficinas, esperando simplemente que se cumpla el horario para marcar su salida.
Hasta ahora, ni las autoridades de la Intendencia Municipal, y mucho menos de la Junta, han hecho gran cosa para intentar disminuir esta superpoblación de funcionarios en ambas instancias de la Comuna capitalina; por el contrario, con la reciente aprobación de la ampliación y reprogramación presupuestaria –que según versiones responde a un acuerdo político entre el intendente Ferreiro y una mayoría de concejales– solo se fortalece aún más el derroche del dinero de los contribuyentes en cuestiones que no son las verdaderamente necesarias; es decir, se sigue gastando en otras cosas, mientras la ciudad sigue sucia y con sus calles destrozadas.