20 jun. 2025

Entretenida corrida y orejas para Uceda Leal, Galán y Roca Rey en Lima

Lima, 2 nov (EFE).- Los diestros españoles José Ignacio Uceda Leal y David Galán y el peruano Fernando Roca Rey cortaron hoy sendas orejas en la primera corrida de toros de la Feria del Señor de los Milagros en la plaza limeña de Acho.

En tarde de tímido sol, se lidiaron seis toros colombianos de El Capiro, propiedad de Dayro Chica, justos de presentación y desiguales en juego, destacando el primero pese a su falta de transmisión. El segundo bis fue de La Ahumada, ejemplar colombiano bravo y enrazado que fue ovacionado en el arrastre.


Fernando Roca Rey, durante la lidia a su primer toro de la tarde hoy en la Plaza de Toros de Acho, en Lima (Perú), durante la celebración de la primera corrida de la Feria Taurina del Señor de los Milagros. EFE | Ampliar imagen

José Ignacio Uceda Leal (grana y oro): oreja y palmas.

David Galán (grana y oro): silencio y oreja

Fernando Roca Rey (celeste y oro): palmas y una oreja.

Uceda Leal tuvo a un primer toro con buen estilo en su embestida, carente quizás de fuerzas y sin gran transmisión. Con él ejecutó una faena aseada y mostró un toreo de calidad y hondura importantes.

Le instrumentó muletazos acompasados, más en corto los últimos, pero suaves y con relajo. La estocada fue entera y de rápido efecto. El cuarto fue un marrajo, que ya de salida apretó hacia adentro y tuvo nulo estilo. A la muleta llegó complicado, sin una arrancada potable y Uceda recetó lo adecuado ante las circunstancias. Toreo por la cara, muletazos por bajo, metiéndose con él que fueron bien recibidos por un público ya entregado con el diestro madrileño.

El primero del lote de David Galán fue cambiado ante las protestas del público por la pobre cornamenta que presentaba. Fue cambiado por un toro de preciosas hechuras de La Ahumada que fue bravo y encastado, dando importancia a lo que con él hizo Galán, quien toreó con la mano baja, sometiendo y llevando cosido al bravo animal.

No acusó Galán la falta de rodaje y dejó salir esa chispa que heredara de su padre que, lejos de cierta teatralidad ensayada, responde a su temperamento auténtico. Pinchó y perdió la oreja.

Al quinto, al que también recibió con largas de rodillas, lo sobó en los primeros compases de su faena de muleta y así permitió que rompiera a embestir con clase manifiesta. El final fue en cercanías, con la muleta retrasada pues el toro fue acortando sus embestidas. La estocada entera tuvo que ser refrendada con un certero descabello y el malagueño, eufórico, saludó una ovación tras recibir la oreja.

Bien estuvo con capote y banderillas el peruano Roca Rey, a pesar de sortear el peor lote. Su primero sin clase, pero con recorrido, no facilitó la conexión con el público de Lima, frío con los toreros locales. Mató de una entera algo trasera y desprendida.

El sexto manseó desde su salida y pese a las ganas, Roca Rey no pudo sujetarlo permitiendo que se fuera a tablas donde, a la defensiva no permitió muletazos de importancia. La estocada entera dio pie a un trofeo, generosamente concedido.