15 may. 2025

Enseñan a niños a defenderse sin tener que recurrir a la violencia

Alternativa. Con la finalidad de llegar hacia una vida libre de violencia, los niños aprenden cómo con las palabras se puede evitar llegar a los golpes.

El principal objetivo que se busca es que los niños puedan desarrollarse como adultos autónomos, respetuosos y empáticos con toda la vida que les rodea, explica Ana Galeano, socióloga y profesora de muay thai para niños en el Centro de Desarrollo de Potencial Humano (CPDH).

En el Centro llevan adelante un programa pedagógico para la transformación hacia una vida libre de violencias, y con el cuidado de la vida que nos rodea, dirigido a niños, niñas, adolescentes y adultos.

Dicho programa incluye la enseñanza de muay thai, kick boxing y boxeo, además de otras disciplinas sociales.

En particular la enseñanza a los niños no solo se enfoca en las artes marciales. Va más allá con el fin de adoptar una cultura de no violencia.

“Además de artes marciales, ponemos énfasis en el autoconocimiento, en el abordaje de las emociones, en una pedagogía no violenta que les permita vincularse desde el respeto, empezando por ellos mismos y los demás”.

Para alcanzar dicho objetivo, explica, utilizan herramientas que llevan al entendimiento como seres humanos multidimensionales.

“Una de ellas es el arte (música, pintura, teatro, baile) que permite que podamos encontrar muchas herramientas para entender lo que nos pasa, y comunicarnos con los demás. Muchas veces vienen adultos que nos piden que seamos estrictos y duros en disciplina con sus niños”.

En esos casos, dice, aclaran que la pedagogía antes que reprimir las emociones y domarlas, lo que busca es poder conocerlas en ellos mismos para encausarlas sin que genere daño en los demás. “La mejor manera de prevenir violencias, agresiones y abusos es el conocimiento y el autoconocimiento”.

La instructora afirma que se puede enseñarse artes marciales desde la no violencia con un enfoque distinto. “Por eso, las clases son casi personalizadas, nos tomamos el tiempo y le buscamos la vuelta con cada uno. Porque todos somos distintos y aprendemos en tiempos distintos”.

Explica que los dispositivos colectivos de prevención son igual de importantes que la técnica (lugares libres de violencia en el barrio, red de socorristas, los profesores en el caso de las infancias). “Estas son las armas más efectivas con que contamos, ya que portar armas genera una predisposición a su uso, y lo que resulta más complejo es que difícilmente, después de una situación extrema, cuesta más la reparación, y las consecuencias legales en el sistema jurídico que tenemos resultarán siempre más represivas con la víctima, cuando estas son de grupos más vulnerables como el de las mujeres“.

La inclusión y poder democratizar el acceso al deporte ante el escaso aporte del Estado a las iniciativas barriales siguen siendo unos desafíos, detalla la instructora.