EFE
SANTA MARÍA - BRASIL
La ciudad brasileña de Santa María sepultó ayer a cerca de la mitad de las víctimas del incendio de la discoteca Kiss, en la que el domingo murieron 231 jóvenes, mientras que la policía detuvo a cuatro personas investigadas por la peor tragedia de su tipo en los últimos 50 años en Brasil.
Los habitantes de esta ciudad de 261.000 habitantes en el sur de Brasil se despidieron, en un ambiente de conmoción e indignación, de parte de una generación, ya que casi todas las víctimas eran jóvenes estudiantes con 20 años de edad en promedio.
Las desgarradoras escenas de decenas de padres sepultando a sus hijos y de procesiones silenciosas de féretros se repitieron a lo largo del día en el Cementerio Ecuménico Municipal y en el Parque Jardín Santa Rita, así como en algunas ciudades vecinas.
ADIÓS DEFINITIVO. A las conmovedoras despedidas también acudieron cientos de amigos y compañeros de los estudiantes, en una ciudad que se destaca por ser un polo universitario y en la que muchos habitantes tenían a un familiar, amigo o conocido para darle hoy el adiós definitivo. “Sabemos que podía haber sido cualquiera de nosotros. No hay una persona que no esté estremecida en Santa María”, dijo a Efe el doctor Cléber Lotes, un médico que acudió a trabajar como voluntario para atender a los familiares de las víctimas.
La situación más dramática fue la de las familias que tuvieron que despedirse de hasta dos miembros. Los hermanos Marcello y Pedro Salla, de 20 y 17 años, estudiantes de Derecho y Agronomía, y despedidos en una ceremonia a la que acudieron numerosos compañeros, quedaron atrapados en la discoteca tras haber conseguido a última hora entradas para la fiesta.
El dolor por partida doble también lo sufrió la familia Farias Brissow, que se despidió de las hermanas Andressa Thalita y Louise.
“Sacó a su novia, la dejó en la acera de enfrente y volvió a entrar para ayudar a otros”, explicó el cabo Gilmar Geison Buscher, compañero en el primer regimiento de carros de combate del Ejército del soldado que hoy fue despedido como héroe.
PARAGUAY SE SOLIDARIZA
La Cancillería de Paraguay expresó su pesar por la tragedia que costó la vida de 231 jóvenes en un centro nocturno de Brasil, entre ellos un estudiante paraguayo, y agradeció al Gobierno brasileño por la repatriación inmediata de sus restos ayer. “El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República del Paraguay manifiesta al pueblo de la República Federativa del Brasil el hondo pesar ante el trágico acontecimiento que costara la vida a 231 jóvenes”, precisó un comunicado oficial. El Gobierno envió sus condolencias y solidaridad a los familiares de las víctimas.
Benedicto XVI se declaró “consternado” por el incendio en una discoteca en Brasil, que provocó la muerte de 231 personas y ora por todos los afectados.
tragedia en discoteca brasileña