El debate se caracterizó por los discursos de los legisladores que trajeron a colación como verdaderos argumentos las noticias falsas que hablan de un peligro de introducir en las escuelas la ”ideología de género” con la creencia de que los profesores enseñarán la masturbación y clases de relaciones sexuales con videos. Varios legisladores se escudaron en la soberanía de nuestro país para rechazar “condicionamientos de Europa”.
La diputada liberal Celeste Amarilla, quien explicó los alcances de la derogación de la ley, dijo tras la votación que “fue una enorme mentira que se le hizo a la gente”.
“No estoy de acuerdo en que cada diputado tenga que justificar que es provida y profamilia. Ulises Quintana es provida, pero vende droga”, dijo refiriéndose al discurso de su colega colorado procesado por narcotráfico, quien se declaró “provida” y manifestó el peligro de que los niños tengan “libertad sexual” y puedan entrar al baño del sexo opuesto en la escuela “porque Juan se siente Juana”.
Amarilla precisó que el plan de Transformación Educativa no puede ser implementado aún por falta de fondos. “Ese plan sigue vivito y coleando”, indicó y agregó que si prospera la derogación, el Gobierno no podrá pagar deudas.
“Los padres creen que vienen en defensa de los niños, pero eso que ellos creen que está en juego no es realidad”, dijo por su parte la colorada oficialista Jazmín Narváez y alertó de un perjuicio que se va a generar , pero votó a favor de la derogación. Rocío Vallejo, de Patria Querida, admitió que hay una “epidemia de desinformación”, pero responsabilizó al Gobierno de no haber visto el problema antes. Indicó que comprende las implicancias internacionales que tendrá la derogación, pero dio su voto “por la preocupación de la ciudadanía”.
“Me hace ruido cuando las iglesias se movilizan para la derogación de la ley. La voz del pueblo es la voz de Dios”, expresó a su turno el diputado liberal Antonio Buzarquis. En medio de este tipo de discursos, la diputada Kattya González leyó una carta dirigida a sus colegas y a los padres de familia, donde refirió que hay un “juego tramposo de la interna colorada”.
“Estamos los que no nos vamos a prestar a ser carne de esa campaña envenenada que de la manera más perversa e infame echa a andar, sobre la desinformación y a fuerza de dinero, una maquinaria de odio, de agresión, de intolerancia, de fanatismo ciego”, expresó sin antes mencionar que Honor Colorado, el sector que lidera el ex presidente Horacio Cartes, está “financiando y mandando al frente a los grupos de fanáticos para engañar, mentir y manipular a los ciudadanos de a pie”. Pero el oficialismo también apoya la derogación.