Cada año se repite la misma historia en épocas de lluvia. Después de que el Chaco aguante sequía, al caer las precipitaciones, si bien es una bonanza, a la vez representa una calamidad que ocasiona aislamiento, al que somete a los habitantes de la localidad de Bahía Negra y otras comunidades del Departamento de Alto Paraguay, que cada año pasan penurias por el estado calamitoso de la ruta.
Don Ermes Rodríguez, poblador de la comunidad de San Carlos, camino a Bahía Negra, siempre es testigo de la crisis vial que el departamento. Se queja del pésimo estado del camino. “Los responsables de reparar no hacen lo suficiente para reparar, y cuando cae la lluvia todos quedamos aislados, se nota la escasa inversión de los gobernantes en estos lugares”, afirmó.
“Nos perjudica en el trabajo porque muchos dependen del camino para llevar el pan de cada día a las familias”, precisó. Recordó que cada persona al ir a un almacén y por comprar un kilo de galleta ya está pagando un tributo al fisco, pero no hay retorno, ni redunda en beneficios para el ciudadano común que aporta a diario para el Estado, pero que pasa penurias en lejanas comunidades que no tienen camino de todo tiempo.
Hablar de aislamiento se ha vuelto una costumbre para los vecinos, el primer lugar que queda afectado es Bahía Negra, un lugar donde viven latinos e indígenas de la etnia Yshir Ybytoso, más conocido como chamacocos, y un grupo de mestizos. En total son unos 4.000 habitantes que sufren en común el pésimo estado de los caminos.
Otras comunidades pequeñas son San Carlos y María Auxiliadora, que son sitios por donde obligatoriamente se debe pasar para llegar hasta Bahía Negra, es un sitio muy promocionado por tener el pantanal con su riqueza natural, pero soporta el flagelo de la falta de caminos de todo tiempo.