“El respeto, la tolerancia y la libertad religiosa” deben “ponerse constantemente en práctica para que no haya discriminación y para que los derechos humanos fundamentales no sean violados, sino promovidos”, declaró Francisco ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Palacio Real de Awali (centro).
“Son compromisos que han de ser puestos en práctica constantemente, para que la libertad religiosa sea plena y no se limite a la libertad de culto”, añadió.
El Pontífice argentino también pidió garantizar “condiciones de trabajo seguras y dignas del hombre”, a menos de tres semanas del inicio de Mundial de fútbol en el vecino emirato de Qatar, blanco de denuncias por el trato dado a los trabajadores extranjeros.
El “trabajo deshumanizador” representa “un atentado contra la dignidad humana”, dijo el papa, instando a Baréin a ser “un faro que promueva, en toda la región, derechos y condiciones justas y cada vez mejores para los trabajadores, las mujeres y los jóvenes”.
En Baréin, “cerca de la mitad de la población residente es extranjera y trabaja de modo notable por el desarrollo de un país en el que, aun habiendo dejado la propia patria, se siente en casa”, recordó el papa.
Es necesario garantizar “respeto y atención para los que sufren mayor marginación en la sociedad, como los que han emigrado y los presos”, insistió. Estado insular de 1,4 millones de habitantes, Baréin cuenta con unos 80.000 católicos, en su mayoría trabajadores provenientes de Asia y en particular de India y Filipinas.
Durante su estadía, Francisco se reunirá con el gran imán de Al Azhar, la máxima autoridad de los sunitas, y hablará con el “Consejo de Sabios Musulmanes” en la mezquita del Palacio Real.
El 39º viaje al exterior de Francisco es el segundo a esa región, después de su histórica visita a los Emiratos Árabes Unidos en 2019. AFP