Por Susana Oviedo
soviedo@uhora.com.py
“La gente quiere un Rambo, y eso no existe”, dice el teniente coronel retirado Aníbal Sapriza, presidente de la Cámara Paraguaya de Transporte de Caudales y Seguridad Privada, quien reconoce un “notable aumento” de solicitudes para servicio de guardaespaldas.
Este comportamiento se da sobre todo desde que mucha gente apareció en una lista de potenciales víctimas de secuestro, atribuida al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Causa a la que hay que agregar los asaltos -en la vía pública, domicilios y comercios- y la prohibición de que efectivos policías cumplan tareas de seguridad en ámbitos privados, como venían haciéndolo en gran número, ordenada por el Ministerio del Interior, en agosto último.
La demanda de guardaespaldas es alta, pero no hay suficiente personal adecuado para ese servicio muy particular, admite Sapriza. Es difícil formarlo y “la gente no quiere pagar lo que cuesta”, sostiene.
Y es que no todos los hombres y mujeres que las empresas del ramo forman para ejercer como guardia de seguridad privada están preparados para la función de custodio personal. “Debe tener ciertos conocimientos y adiestramiento especiales. No se trata de que sea alto y musculoso, sino que sea inteligente. No se consiguen personas con formación académica que supere la educación escolar básica que esté interesada en prepararse y dedicarse a esto”, aclara.
Un universitario, explica, es natural que aspire a una remuneración acorde a su nivel, “y el problema es que la gente no quiere pagar”.
Para precisar: un servicio de guardaespaldas de 12 horas diarios tiene un costo mensual de 5 millones y medio de guaraníes para la empresa de seguridad, considerando que deben disponer de reemplazante, en sus días libres, pagarle el seguro social, las vacaciones y horas extras. "¿Quién es la persona que está dispuesta a pagar esto?”, pregunta.
Como muestra de la situación de creciente demanda de protección privada, el militar retirado cuenta que en estos momentos su empresa, Guardián S.A., está necesitando 80 personas más para cubrir los requerimientos. De este número, por lo menos 20 son para guardaespaldas.
PROBLEMA. Cuando el cliente, por fin, acepta pagar lo que cuesta un guardaespaldas y dice: “envíenme un personal que valga ese precio”, las empresas tropiezan con el inconveniente de hallar buenos postulantes. “Tenemos muchos aspirantes, pero la mayoría no busca trabajo, sino sueldo. Cuando se les envía a un sitio donde hay mucho trabajo de control que deben estar a su cargo, trabajan 8 a 15 días y luego se dan de baja, se van”, sostiene.
El guardaespaldas es una especialidad que requiere una buena formación académica y cultura general, considerando que debe saber desenvolverse en diversos ámbitos.
“Es la persona que acompaña en todo momento a un empresario, un político, un niño, una mujer o cualquier otro particular. Es el que escucha y ve todo de la vida de su protegido. Tiene que ser discreto, rápido, inteligente y estar dispuesto a dar la vida por su protegido. Se entera de muchas cosas, maneja información sobre la persona que protege, por eso la selección es mucho más exigente”, explica.
Requiere conocimiento y dominio de diferentes artes marciales, manejo de cualquier tipo de arma de fuego y armas blancas. Eliminar todo tipo de actividad o amenazas que afecten a su protegido, generar procedimientos y planes de seguridad, con rapidez. “Y estar disponible las 24 horas”, destaca. Todo esto tiene un costo que, insiste, la gente no reconoce, al igual que no pondera la importancia de valores intangibles como la confiabilidad y la lealtad inherentes a la función del guardaespaldas.
La mediocridad, que se hace palpable hasta en los concursos para acceder a cargos docentes, a juzgar por los datos, es también un obstáculo para las empresas de seguridad privada.
LA FORMACIÓN
Tres empresas de seguridad tienen su propio instituto de formación de las mujeres y los hombres que seleccionan para su personal (Guardián, Prosegur y Wackenhut Paraguay). El resto tiene la opción de la Escuela de Formación de Vigilantes (Esforvigil). Después, en una segunda etapa de formación, participan de un curso de 4 semanas en el Departamento de Delitos Económicos de la Policía Nacional, donde se les otorgan un certificado y el carné correspondiente para ejercer de guardia de seguridad.
La formación de guardaespaldas debe ser posterior a estos dos niveles, aunque la realidad es que en el país no hay aún un programa oficial específico.